El final de la temporada dejó mucho más que bronca en San Lorenzo. Tras la eliminación ante Central Córdoba, varios futbolistas comenzaron a despedirse del año con mensajes personales. Pero uno volvió a encender las señales de salida: Jhohan Romaña.
El defensor, que en los últimos días ya había publicado un posteo que sonó a cierre de etapa, volvió a hacerlo. Esta vez, compartió una historia en Instagram que luego borró, acompañada por una frase contundente: “Hasta pronto”, con la ubicación fijada en “Buenos Aires, Argentina”. Un gesto que es interpretada como otra señal directa de despedida.
Una oferta millonaria desde Arabia que sigue latente
Desde hace semanas se viene hablando de una oferta cercana a los 4 millones de dólares desde el fútbol de Arabia Saudita por el pase del defensor. Incluso, trascendió que quien habría dado el visto bueno informal para avanzar con las negociaciones fue el propio Marcelo Moretti.
Sin embargo, el caos institucional que atraviesa el club frenó cualquier avance formal: hoy no está claro quién puede tomar decisiones en San Lorenzo. La negociación quedó en un limbo total.
Caos institucional y ¿negociación congelada?
Desde el entorno del fútbol árabe hay intención concreta de avanzar, pero el principal problema es el mismo de siempre: Moretti está fuertemente cuestionado, la AFA tendría la intención de que se concrete la acefalía y ningún dirigente tiene hoy autoridad firme para cerrar una venta.
Por eso, mientras afuera esperan una definición dirigencial, Romaña sigue enviando señales que alimentan su salida, aunque oficialmente todavía no hay nada cerrado.
Un final de ciclo que parece cada vez más cerca
Con contrato vigente hasta diciembre de 2026, pero con una propuesta del exterior latente y un club paralizado por la crisis, todo indica que los días de Jhohan Romaña en San Lorenzo están contados. Sus mensajes en redes no hacen más que confirmar una sensación que crece tras el cierre del año.
Ahora, la pelota ya no la tiene el jugador: la definición depende exclusivamente de que el club ordene su conducción. Mientras tanto, el “hasta pronto” ya quedó flotando en el aire.
