Augusto Batalla, uno de los referentes del ciclo de Rubén Darío Insúa y capitán de San Lorenzo durante gran parte de 2023, volvió a referirse a su salida del club y lo hizo con frases cargadas de emoción, dolor y críticas hacia la dirigencia.
El arquero, que hoy brilla en el Rayo Vallecano y tiene contrato hasta 2030 tras ser comprado por el club español, aseguró que su deseo era seguir en Boedo, pero que las decisiones dirigenciales terminaron truncando esa posibilidad.
“Me hubiese encantado seguir en San Lorenzo. Entrar al predio con mi hijo en brazos, la cinta de capitán y la gente alentando fue un momento inolvidable”, expresó en Bolavip.
Las opciones de compra que San Lorenzo no ejecutó
Batalla reveló que el club tuvo dos oportunidades claras para quedarse con su pase, ambas con valores accesibles, pero que ninguna fue aprovechada. “El club tuvo dos posibilidades para comprarme con dos opciones de compra muy bajas. No lo hicieron. No sé si no tenían el recurso o si lo utilizaron para otra cosa”, lanzó.
En ese contexto, remarcó que su situación personal y familiar estaba completamente alineada para continuar en el club. “Yo tenía todo ahí. Estaba muy feliz en San Lorenzo, cerca de mi familia y de la de mi mujer, con mis hijos recién nacidos”.
El llamado que nunca llegó y la salida al exterior
Batalla también contó que, tras el cambio de conducción en el club, la comunicación fue tardía. “Ganó las elecciones la dirigencia actual, pero no me llamaron hasta el 28 de diciembre”, explicó, sabiendo que su vínculo (estaba a préstamo de River) finalizaba el 31 de ese mismo mes.
Ante la falta de definiciones, apareció la opción de emigrar. “Me sale lo de Granada, me llama el mánager y agarré. Imaginate lo poco que tenía: era San Lorenzo u otra cosa”.
Tras un gran nivel individual en Granada —pese al descenso—, el arquero pasó al Rayo Vallecano, donde volvió a destacarse y terminó consolidando su carrera en Europa.
“Me duele ver el club así”
Más allá de su presente en España, Batalla dejó en claro que San Lorenzo sigue ocupando un lugar central en su vida y no ocultó su tristeza por el momento institucional que atraviesa la institución. “No me sorprende lo que atraviesa el club por las personas que están al frente. Me duele, inclusive. Me parte el alma ver el club así”, afirmó.
Y cerró con una frase que grafica su vínculo permanente con el Ciclón: “Hablo todos los días con gente que está en el club, literalmente todos los días”.
