La charla fue breve. De hecho no hubo ninguna reunión con Matías Lammens ni Marcelo Tinelli. Juan Antonio Pizzi no anduvo con vueltas y luego de juntarse con Ricardo Schlieper, su representante, le comunicó vía telefónica a los máximos directivos que no continuará en San Lorenzo.
Luego de la derrota contra Defensa y Justicia, el mismo entrenador consideró que su ciclo estaba agotado. Estuvo reunido en el vestuario con el cuerpo técnico y el presidente, pero la agonía igualmente se extendió por algunas horas más. Finalmente, no dio marcha atrás y se marchó porque ya no tenía fuerzas para revertir la situación.
Pizzi nunca pudo encontrarle la vuelta al equipo. Tras quedar afuera en la Copa Libertadores y un inicio casi perfecto en el torneo, cambió nombres de forma sistemática y acumuló demasiadas pálidas. Por eso, su segunda etapa duró un suspiro: fueron apenas 13 partidos, de los que ganó cinco, empató dos y perdió seis, incluidos los clásicos contra Boca y Huracán.
Ahora, los dirigentes estarán abocados a la elección del nuevo entrenador. Por lo pronto, San Lorenzo debe visitar el domingo a Independiente en Avellaneda. Ese partido será dirigido por el entrenador de la Reserva, Diego Monarriz, quien ya tuvo un interinato en Boedo.