Decepción total. Tristeza. Bronca. Ese es el estado de ánimo de los Cuervos después de la derrota de San Lorenzo ante Newell’s. El equipo de Monarriz quería ganar en Rosario para seguir en ese enorme pelotón que sueña con la Superliga, pero jugó mal y, encima, ahora también está fuera de la zona de las copas internacionales.
Fue pobre lo que entregó San Lorenzo. En la primera parte, apenas un remate de Donatti que parecía que Aguerre tenía controlado y, la más clara, un mano a mano de Peruzzi que definió por encima del travesaño luego de una buena escalada y una pared con Angel Romero en el arranque del partido. Después no pasó nada.
Si bien el equipo de Monarriz fue un poco más, le costó generar situaciones de peligro y hasta llegó a abusar del pelotazo desde el fondo cuando el equipo carecía de juego asociado. Dependió exclusivamente de alguna aparición de Ángel y alguna galopeada de Ramírez. Eso sí, del otro lado, mucho menos. Torrico apenas tuvo que esforzarse.
Después del corte de luz que obligó a retrasar el inicio del complemento, el partido siguió en la misma tónica. Aburrido. Con el Ciclón jugando algo más atrás, con un Newell’s con más ganas pero que seguía sin inquietar. Sin embargo, cuando el empate estaba clavado, Moreno metió un golazo desde afuera del área para poner arriba a La Lepra.
Con la desventaja, hizo el retoque lógico Monarriz, y necesario: sacó a uno de los dos cinco de marca (Torito Rodríguez) y le dio sus primeros minutos oficiales a Mariano Peralta Bauer. Pero el equipo sintió el golpe: no encontró respuestas anímicas ni futbolísticas para empatar. De hecho, jamás volvió a llegar al arco rival con peligro. Flojísimo.
Así, a cinco fechas del final de la Superliga, San Lorenzo se quedó en 27 puntos y está en el puesto 12 (fuera de los puestos de clasificación a las copas), a nueve del líder River y a uno de Estudiantes, el último clasificado a la Copa Sudamericana. A cambiar rápido el chip, ya es momento…