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Los pibes de San Lorenzo fueron más y le ganaron bien a Estudiantes

El plan del técnico continuó en la misma línea que los partidos pasados. San Lorenzo entregó pelota y terreno, tratando de mantener el orden en el fondo. Con sus armas, propuso una pelea franca. Sin embargo, el Pincha le sumó intensidad al dominio y Batalla apareció para sostener el partido en los primeros minutos: primero sacó un buen manotazo para ahogarle el grito a Pellegrini y después tapó con el pie un disparo cruzado de Apaolaza.

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Justo después de los sobresaltos, el Ciclón empezó a acomodarse. Agarró un poco más la pelota, le sobraban intenciones pero le faltaban ideas para acercarse al área rival. En una de ésas, Centurión, que antes había aparecido a cuentagotas, hizo una de las suyas: recibió en el vértice del área grande, amagó y asistió de caño a Martegani, que la clavó al ángulo desde afuera del área para el 1-0 parcial. Ahí el equipo de Troglio ganó definitivamente en tranquilidad y se fue al descanso dejando buenas sensaciones.

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El arranque del complemento fue similar al del inicio del partido, con la salvedad de que Estudiantes no generó ni una situación clara de gol. A los 12, Troglio metió más pibes (Rosané, Sabella e Iván Leguizamón, debutante), por Ortigoza, Barrios (habían jugado ayer contra Boca) y Centurión. Más allá de la intención de meterle más intensidad a la mitad de la cancha, los cambios ya estaban planificados.

Y Estudiantes se quedó en el intento. Pese a haber controlado, San Lorenzo se mostró sólido en la marca y cuando el pressing salió, facturó. Uvita recuperó la pelota en la salida, asistió a Leguizamón, que luchó entre dos defensores, ganó y definió a un costado de Andújar para aumentar la ventaja. A cinco del final, una mano de James en el área derivó en el descuento de Boselli, de penal. En la última, Más desperdició una clarísima de volea en el borde del área chica y el festejo fue todo azulgrana.

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Entre tanto, algunas buenas noticias para Troglio. Batalla respondió de buena manera ante cada ataque Pincha; Jeremías James demostró seguridad en el fondo y Francisco Perruzzi dio muestras de carácter en la mitad de la cancha. Está claro que los pibes, debutantes, por cierto, tienen que madurar, pero no dejan de ser alternativas más que válidas para lo que viene en San Lorenzo.

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