Con más dudas que certezas. Así llegará San Lorenzo al clásico del domingo frente a River. El partido ante un Colón alicaído se presentaba como la oportunidad ideal para conseguir el envión anímico que el equipo necesitaba, pero el Ciclón no lo pudo sacar adelante, no convenció desde el juego y acumuló un cuarto empate consecutivo que no le permite achicar distancias en la pelea por el ingreso a la Sudamericana. En síntesis, fue un tibio 0-0 en Santa Fe.
Como era de esperarse, tal como lo viene haciendo, San Lorenzo no salió a llevarse puesto al rival ni mucho menos. Si bien es cierto que arrancó más decidido que otros partidos, las chances no fueron tantas. Agustín Giay tuvo una clarita en el principio que pasó la lado del palo después de un centro de Ezequiel Cerutti y una cesión de Adam Bareiro, que luego armó una buena individual que forzó la tapada de Chicco.
Tras ese remate del paraguayo, el Sabalero emparejó el trámite aunque sin llegar a complicarle la existencia a Augusto Batalla, que apenas intervino descolgando algunas pelotas paradas para el local. Cuando pasaba poco y los equipos se peleaban por el protagonismo, Juan Ignacio Méndez probó desde afuera del área con un potente remate que entorpeció en el pique al arquero local. Poco más en el primer tiempo.
¡Agustín Giay le pegó con la cara externa, pero el balón se fue muy cerca!#LPFxTNTSports pic.twitter.com/SD9qOn83MC
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 14, 2022
El Ciclón arrancó mejor el complemento y merodeó el área rival. A pesar de que el desarrollo parecía favorable, Insúa movió el banco y metió algunos cambios que tal vez sorprendieron: además de Vombergar, sacó a Giay y Cerutti, dos que venían haciendo un buen partido, y metió a Barrios, Martegani y Leguizamón, quien por derecha arrancó complicando y contó con la chance más clara tras una salida rápida.
Pero el equipo se desvaneció, se fue desinflando y se retrasó apostando a la contra a punto tal que con poquito Colón fue el que terminó más cerca de llevarse una victoria. Pulga Rodríguez exigió a Batalla, que tuvo que volar para despejar una bola que se le metía por encima, y el final prácticamente se jugó en campo azulgrana.