La medida sorprendió. Nadie lo esperaba porque es un jugador clave para Rubén Insua y se consolidó como un indiscutido en la defensa. Sin embargo, Rafa Pérez viajó a Colombia para pasar sus vacaciones, intimó a San Lorenzo en la FIFA por una deuda y todo indica que no piensa a volver a pisar las instalaciones del club.
El miércoles llegó una notificación del zaguero para reclamar el pago de una deuda en concepto de primas que, según afirman en Boedo, sería de 100.000 dólares. En medio de esta situación, tanto la dirigencia que lo contrató como aquellos que van a asumir el próximo miércoles intentaron comunicarse con él y su representante, pero sin éxito.
El colombiano tiene contrato con el Ciclón hasta el 31 de diciembre de 2024 y su objetivo pareciera dilatar la situación para considerarse libre y continuar su carrera en su país natal. De hecho, en Colombia aseguran que está en plenas conversaciones con Junior de Barranquilla, equipo que lo rechazó porque no habría pasado la revisión médica antes de arribar a Boedo.
¿Qué pasa si le paga? En principio tendrá que volver para sumarse a la pretemporada que arranca el 3 de enero. Pero ahí habrá que esperar a lo que decida Pérez, que por sus actitudes no parece tener demasiadas ganas de regresar al país. La solución, entonces, será negociar una rescisión con el jugador o que el club que lo pretenda, en este caso Junior, la compre la ficha al Ciclón.
San Lorenzo lo sumó en el verano pasado en una operación acodada en 700.000 dólares por el total de la ficha adquirida a Talleres de Córdoba más el préstamo del juvenil Luis Sequeira. Con su posible alejamiento en este mercado de pases, perdería una inversión importante para la situación en que se encuentra el club a diez días del comienzo de una nueva pretemporada.