No eran buenas noticias para Rubén Insua. De hecho, eran pésimas. A menos de una semana del comienzo de la pretemporada, San Lorenzo quedó inhibido por una vieja deuda, perdió un referente y pilar dentro del equipo como es Augusto Batalla y todo indicaba que Facundo Altamirano también estaba fuera de Boedo. Pero lo del arquero suplente sufrió un giro inesperado…
Un giro de 180 grados
¿Qué pasó? En el Ciclón tenían la decisión tomada que no continúe y cortar las negociaciones con Banfield, básicamente, porque estaban enojados con Pascual Lezcano, el representante que comparte Altamirano con Yeison Gordillo, el volante colombiano que fue a la FIFA y lo dejó sin posibilidades de incorporar en el mercado si es que no levanta la deuda.
Y si bien por Boedo ya se empezaban a barajar diferentes nombres, el Gallego metió presión para reflotar las charlas y la situación dio un giro de 180 grados. Ya sin la posibilidad de contar con Batalla, el DT inclinó la balanza en favor que al menos el suplente se quede y los dirigentes se movieron rápidamente para cumplirle el deseo.
San Lorenzo comprará el pase de Altamirano
Tanto es así que San Lorenzo ya acordó la compra de Altamirano en 1.200.000 millones de dólares (400 mil menos que la opción que venció el 20 de diciembre) y entonces quedaría arreglar el salario del arquero, que apenas jugó cinco partidos en año y al que Insua lo considera una pieza importante para encarar el 2024 que, entre otras cosas, lo tendrá disputando la Libertadores.