Un 0-2 (que hasta pudo haber sido más abultado) es un resultado que preocupa en cualquier contexto. No importa que sea un amistoso con un 11 alternativo. Sufrió una derrota que duele San Lorenzo en su visita al humilde Progreso. Es, cuanto menos, inoportuna e incómoda en el arranque de este segundo semestre.
Leandro Romagnoli les tomó una prueba a varios pibes y a los que venían con menos rodaje. Y las notas, tanto a nivel colectivo como individual, fueron un reprobado generalizado. En resumen, hubo rendimientos bajísimos y ninguno le demostró que está en condiciones de pelear por un lugar en el 11 titular cuando se empiece a jugar por los puntos.
Al Ciclón le costó el arranque del partido. Un poco por lo que hizo el rival y otro por el pésima estado de juego de la canchita del equipo uruguayo. Recién se empezó a acomodar a partir del primer cuarto de hora, cuando Irala levantó. Mostró ráfagas de su buen pie y verticalidad para la única jugada clara a los 11′ de la primera mitad, pero Herazo se nubló y remató fácil hacia las manos de Suárez. Reali, que tuvo su primera vez, también fue alfo de lo poco para destacar en esos 45′ iniciales.
El inicio de complemento arrancó igual que el primero, pero ahora sí Progreso estuvo más cerca de abrir el marcador. Un cabezazo por encima del travesaño, un centro cruzado que por poco Aramburu no pudo conectar fueron el aviso del que llegó a los 30′ en una jugada infantil. Porque tras un pase largo y frontal que no parecía llevar a nada, Sequeira aguantó bien al Carnicero Hernández, que recién había entrado, y cruzó el disparo para el 1-0.
Después de la ventaja, San Lorenzo fue una murga. Los cambios del Pipi no surgieron efecto y Progreso aprovechó una catarata de errores en el fondo (primero Arias, después Luján y por último Perruzzi) para que Moreira aumente la ventaja. Recién después del segundo gol el Ciclón intentó, pero lo único más o menos destacable fue un disparo de Cuello que se fue desviado.
Quedará una preocupación mayúscula para Romagnoli en cuanto a un recambio que resultó poco fiable. Tapia, Cerutti y Herazo fueron titulares y tuvieron niveles preocupantes. Y tampoco aportaron soluciones en el ST otros nombres que venían jugando poco, como Hernández o Blanco. Flojo lo de San Lorenzo otra vez, en sintonía a lo que venía haciendo en el torneo local.