Una victoria sobre Huracán hubiera calmado los ánimos, pero tampoco hubiese mermado la bronca acumulada de muchos de los hinchas de San Lorenzo. Pero luego de que el Ciclón empatara el clásico, casi todo el estadio se hizo escuchar por primera vez en un cántico contra la dirigencia de Marcelo Moretti.
Al fastidio que ya tenían Cuervos por el descontento con el mercado de pases, y por la impericia de no llegar a tiempo para que Romagnoli pueda utilizar a los refuerzos (Nicolás Tripichio, Matías Reali y Andrés Vombergar), se le sumó otra floja producción de un equipo que no pudo ganar el clásico de barrio más allá de la ventaja inicial.
Una vez pitó el final Nicolás Ramírez, la gente despidió al equipo entre algunos silbidos y la decepción de saber que todavía no pudo ganar en el torneo, que apenas suma dos puntos de quince y que quedó 26 de 28 en la tabla de posiciones. Segundos más tarde, estalló el grito de protesta de los últimos años.
Aunque esta vez a una CD que asumió hace poco más de seis meses y con otros protagonistas, el patrón se repite en señal de extrema reprobación. “Dirigentes, la c… de su madre, a ver si se dan cuenta que no los quiere nadie”, bramó el Nuevo Gasómetro contra los directivos que son los principales apuntados del momento de San Lorenzo.