Facundo Altamirano quedó otra vez en el ojo de la tormenta. En esta oportunidad, volvió a ser uno de los principales responsables de la derrota con participación directa en los tres goles de Boca. Sobre todo, marcadísimo en su floja respuesta en el centro de Saracchi que se desvió en Cerutti y se le coló en el primer palo.
El arquero de 28 años venía de dos partidos muy flojos. Hace una semana, se complicó con los pies, cedió un córner en la última y de ahí llegó el triunfo agónico de Atlético Tucumán. Y el martes pasado, dando un rebote largo en una pelota sin demasiadas complicaciones para el empate de Atlético Mineiro en la Copa Libertadores.
Tras el duelo con los brasileños, Leandro Romagnoli no dudó en bancar a su capitán. Y hoy, apenas cuatro días después y quizá algo irascible por cómo perdió San Lorenzo en La Bombonera, primero le retrucó al periodista que consultó por esta situación (“¿Por qué me preguntás de Altamirano?“, le dijo) y después volvió a brindarle su apoyo.
“Ya lo dije el otro día: es el capitán del equipo, es importante para nosotros y el respaldo lo tiene“, lo defendió el entrenador. Así, en medio de los rumores sobre un posible regreso de Augusto Batalla, dio a entender que lo sostendrá en el arco a pesar de otra gran macana y el enojo popular que sube en temperatura a medida que pasan los partidos.