No hay caso. San Lorenzo volvió a hacer un papel nefasto frente a su gente, perdió con Belgrano 2 a 0 y el Nuevo Gasómetro explotó contra los dirigentes y jugadores. Luego de la nueva decepción, el único jugador que tomó la palabra fue Iker Muniain, quien no ocultó su enojo por el momento que está atravesando el equipo.
“Es normal la bronca de la gente que quiere ver a su equipo ganar, la que tenemos nosotros mismos porque no lo podemos sacar adelante. Es una situación complicada, pero desde lo futbolístico creo que hay en qué confiar. Se sale sacando todo el veneno que hoy en día tenemos adentro. Viví muchas situaciones así en mi carrera, con todo en contra, que nada te sale bien”, arrancó el vasco en zona mixta.
Y agregó: “Si no me voy con bronca, dejo el fútbol hoy. ¿Cómo no nos vamos a ir con bronca? Llego al vestuario y estamos todos rotos, es una situación anímica extrema. Vienes con la ilusión de volver a ganar en nuestra cancha y acumulamos dos derrotas consecutivas con nuestra gente. La bronca es máxima, estamos muy jodidos”.
Más allá del momento complicado, Muniain asegura que la unión del vestuario y el trabajo será determinante para dar vuelta la historia. “Estas situaciones son las que a un grupo lo hacen madurar, estar unidos. Confiamos en el trabajo, que es lo único que hay para confiar. Esperamos que a medida que vaya pasando el tiempo todo se vaya acomodando y se vaya revirtiendo la situación”, declaró.
Por último, volvió a dejar en claro que su cabeza a futuro está en Boedo. “Yo tengo contrato con hasta diciembre de 2025. Se hablan muchas cosas y son mentira. Tengo la cabeza acá, no pienso en otra cosa. Quiero salir de esta situación con mi equipo y la hinchada”, cerró el capitán de San Lorenzo.