Braida. Cuello. Vombergar. Braida de nuevo. Irala. Esa fue la tónica de la primera media hora de juego. San Lorenzo fue y fue y se cansó de ir, pero solo la embocó una vez. Por arriba, por abajo, tocando hasta llegar al área o rematando de afuera del área. El Ciclón no encontró los caminos para ampliar la ventaja después del 1-0 al minuto de Braida y parecía que lo pagaba caro. Racing, en las pocas que tuvo, no perdonó. Y el CASLA, sobre la hora, ganó un partidazo porque Malcom clavó un golazo sobre la hora y el colombiano Peralta metió un tremendo cabezazo para el 3-2.
El trámite de los primeros 30 minutos fue digno de goleada, de paliza. Pero si no la metés… Y a diferencia de los de Miguel Ángel Russo, que en esa media hora contabilizó ocho remates claros e hizo figura a Facundo Cambeses, a La Academia apenas le bastaron dos ocasiones para darlo vuelta: en su primera llegada del primer tiempo lo empató Mura tras revisión del VAR y en la primera del complemento Balboa puso el segundo desde afuera del área.
Los goles de Racing lo golpearon a todo San Lorenzo. A los jugadores, al cuerpo técnico y a la gente, que pasó de los aplausos al ya clásico “movete Boedo, movete” que sonó en gran parte del 2024. Claro que, por ser local, por venir de perder ante Huracán y la necesidad de sumar para recuperar la punta, el Ciclón intentó hacer el esfuerzo para tratar de empatarlo. Pero no pudo ni supo volver a acercarse claro a Cambeses hasta el empate a los 40′, cuando Malcom sacudió desde afuera del área y la clavó lejos del imbatible arquero visitante. Golazo.
Y cuando todo parecía que iba a terminar mano a mano, y con obvia sensación de frustración para Boedo, centro de Reali y cabezazo tremendo del colombiano Andrés Peralta, que había entrado por Cuello después del empate y en la primera que tocó la mandó a guardar. Así, San Lorenzo vuelve a la punta de la Zona B y, como premio, terminó con la eterna racha de catorce partidos sin poder conseguir un triunfo en un clásico.
