Orlando Gill está teniendo un año inolvidable. El arquero de San Lorenzo, que empezó como una apuesta y hoy se transformó en una de las gratas revelaciones del plantel, sigue sumando méritos en su crecimiento profesional. Con apenas 24 años, ya fue titular en el Ciclón, despertó el interés de clubes del exterior y ahora, además, viene de vivir una noche muy especial con la Selección de Paraguay.
Anoche, fue suplente por primera vez en un partido oficial de Eliminatorias, en la victoria 2-0 de la Albirroja sobre Uruguay en el estadio Defensores del Chaco. Gustavo Alfaro volvió a convocarlo por segunda vez consecutiva y esta vez lo incluyó entre los 23 que firmaron planilla. Al finalizar el encuentro, Gill publicó una historia en Instagram con una foto junto al resto de los arqueros y una frase sencilla pero contundente: “Garra guaraní”.
Pero la alegría no termina ahí. La Selección paraguaya quedó a un paso de sellar su clasificación al Mundial 2026, lo que eleva todavía más el valor del momento que vive el arquero azulgrana. Su evolución, tanto en San Lorenzo como en la Selección, lo posiciona como un proyecto serio para el futuro del arco guaraní.
Y pese a los rumores que circularon en las últimas semanas sobre una posible salida, el propio Gill aseguró que la intención de su representante es seguir en Boedo. Al arribar a la concentración de Paraguay, declaró: “Quiere que me quede y que siga todo este año hasta diciembre. Hacer una buena campaña, poder entrar en una copa internacional y, si es que entramos, poder jugar una Libertadores con San Lorenzo”.
La idea de su entorno es clara: mantenerlo en el radar de la Selección y no correr riesgos innecesarios en la recta final hacia la Copa del Mundo. Cambiar de club a mitad de año podría implicar perder la titularidad o bajar su nivel, algo que hoy, con la confianza de San Lorenzo y la consideración del cuerpo técnico de Paraguay, no conviene tocar. Por eso, al menos por ahora, todo indica que seguirá defendiendo el arco del Ciclón.
