Fabricio López termina otra jornada de entrenamientos en la pretemporada de San Lorenzo. Forma parte del plantel profesional desde el primer día, se mueve a la par de todos, compite por un lugar y espera. Pero mientras se prepara para un semestre exigente, hay una situación clave que aún no está resuelta: su contrato vence el 30 de junio y todavía no hay acuerdo firmado para renovar el préstamo con Deportivo Armenio, el club dueño de su pase. Y en Boedo intentan resolver su continuidad a contrarreloj.
El lateral derecho de 22 años llegó a principios de 2024 en ese lote de jugadores para la Reserva que aterrizó en el Ciclón con la nueva dirigencia. La mayoría no duró. Él sí. Se afianzó rápidamente en el equipo que dirigía Leandro Romagnoli, fue creciendo en su rendimiento, y con el correr de los meses también se ganó minutos en Primera. Debutó en el octubre pasado y su último partido en la máxima categoría fue en la fecha 14 del Torneo Apertura ante Riestra, cuando reemplazó a Ezequiel Herrera.
En este 2025 se consolidó como una pieza importante de la Reserva, que hoy es finalista del Torneo Proyección. Jugó casi todos los partidos del campeonato y cerró la primera mitad del año como uno de los nombres más destacados del equipo. Ahora, bajo el mando de Damián Ayude y sin Nahuel Arias (rotura de ligamentos), pelea palmo a palmo con Herrera en la pretemporada. Es el lateral derecho suplente, pero compite como si estuviera para ser titular.
Desde San Lorenzo ya iniciaron gestiones con Deportivo Armenio para extender el préstamo por un año más. El acuerdo aún no está cerrado, pero las conversaciones avanzan. Las próximas horas serán determinantes: si todo se resuelve como esperan, López firmará la renovación y seguirá en Boedo, ya no como una apuesta a futuro, sino como una realidad que puede aportar en el presente.
