La imagen fue preocupante desde el primer momento. El 20 de mayo, en el partido entre la Reserva de San Lorenzo y Rosario Central por la Copa Proyección, Nahuel Arias pidió el cambio a los 20 minutos del primer tiempo tras un movimiento que terminó con un fuerte dolor en su rodilla izquierda. Ese mismo día, los médicos ya manejaban el peor diagnóstico posible: rotura del ligamento cruzado.
Los estudios realizados al día siguiente lo confirmaron. Pero aunque el panorama era claro desde lo médico, el jugador optó por buscar distintas opiniones antes de tomar una decisión definitiva. Durante semanas, consultó con varios especialistas para evaluar alternativas menos invasivas: apuntaba a un tratamiento que le permitiera evitar el quirófano o, al menos, acortar los plazos de recuperación.
Sin embargo, el deseo no pudo contra la realidad. Finalmente, y tras más de mes y medio de espera, quedó confirmado que Arias será operado este martes al mediodía. A partir de ahí, comenzará el proceso de rehabilitación, que le demandará entre seis y ocho meses, según su evolución. En ese contexto, recién podría volver a jugar en 2026.
La carrera de Arias
El lateral derecho de 20 años venía de un recorrido que ilusionaba. Había debutado en Primera bajo la conducción de Rubén Darío Insúa, y fue titular en partidos importantes durante el ciclo interino de Leandro Romagnoli, incluyendo la Copa Libertadores. Pero en septiembre de 2024, una pubalgia lo dejó afuera justo en su mejor momento. Y a su regreso, ya con Miguel Ángel Russo como técnico, perdió lugar en la consideración.
En lo que va de 2025, integró el banco en varias oportunidades, aunque no sumó minutos oficiales. El entrenador apostó por Ezequiel Herrera como titular, y cuando no estuvo, utilizó a Fabricio López. Por eso, Arias bajó a Reserva para sumar rodaje. Pero el plan se truncó de manera inesperada.
