Era un final anunciado, pero aún así no estaba resuelto. Desde marzo, San Lorenzo había tomado la decisión de no contar más con Jaime “Chichi” Peralta, el delantero colombiano que había llegado desde Deportivo Cúcuta. Sin embargo, pasaron varios meses sin que se firme oficialmente la rescisión del contrato, que era a préstamo hasta diciembre de 2025.
El motivo: nunca hubo acuerdo económico. El club lo apartó del plantel por cuestiones disciplinarias —faltazos a los entrenamientos y una polémica aparición junto a la Selección de Brasil sin autorización—, pero el jugador permaneció en Buenos Aires durante semanas, sin entrenar con el grupo, a la espera de una definición. Recién más adelante viajó a Colombia y en las últimas horas se confirmó que vuelve a Cúcuta, su club de origen.
Este movimiento implica que, finalmente, Peralta ya no tiene vínculo contractual con San Lorenzo, aunque la salida no fue clara ni ordenada. Todavía no se conocieron los detalles de la negociación que destrabó la desvinculación, y el tema podría escalar. ¿Por qué? Porque el colombiano tenía contrato vigente hasta fin de año, y todo indica que va a reclamar sueldos atrasados.
En este contexto, no se descarta que el caso termine judicializado, e incluso que llegue a FIFA en los próximos meses. El CASLA, que ya acumula múltiples inhibiciones, podría enfrentar un nuevo frente de conflicto económico, esta vez por una operación que duró menos de dos meses y terminó en escándalo. Otro dolor de cabeza en Boedo.
Peralta tuvo un paso fugaz por el club. Disputó apenas cinco partidos oficiales, sumó 96 minutos en total y marcó un solo gol, aunque fue en un clásico muy recordado: el 3-2 frente a Racing, de cabeza, en el Nuevo Gasómetro. Su llegada había generado ciertas dudas por sus antecedentes y su historia en San Lorenzo terminó siendo tan corta como polémica.
