En medio de la incertidumbre que atraviesa San Lorenzo, cuando cada vez suena más fuerte la posible vuelta de Marcelo Moretti a la presidencia, las renuncias son, en rigor, un espejismo. Gestos que se anuncian con estridencia, que recorren comunicados y charlas de pasillo, pero que a la hora de concretarse terminan diluyéndose en maniobras que conservan el poder dentro de la misma mesa chica.
Lopardo se va, pero no de la CD
El caso más evidente es el de Julio Lopardo. Ayer había sido la novedad: el presidente interino, el mismo que ocupó el sillón tras la licencia forzada de Marcelo Moretti por el escándalo de los videos, presentó su renuncia. El golpe parecía fuerte, definitivo. Pero apenas 24 horas después, la verdad quedó expuesta: se va de la presidencia, pero no del club. Deja el despacho principal, aunque se asegura seguir en la vocalía, donde se reubica sin demasiados costos. Renuncia, pero se queda.
Allievi y su renuncia “condicionada”
El juego de las sillas se repite con Javier Allievi, también vocal de la Comisión. Durante un año fue parte del oficialismo, hasta que en enero eligió correrse y erigirse opositor, aunque sin resignar la cuota de poder que da integrar la Comisión Directiva. Ahora, presentó lo que llamó una “renuncia condicionada”: se irá solo si todos los oficialistas, titulares y suplentes, hacen lo mismo.
“Presenté una renuncia condicionada a que todos los miembros del oficialismo también presenten la renuncia. Es un mecanismo de presión para que entiendan que el club necesita continuar con la institucionalidad, porque en estas condiciones es imposible”, aseguró en TyC Sports, tras comentar que “Moretti no está en sus cabales”.
🗣️ "PRESENTÉ UNA RENUNCIA CONDICIONADA A QUE TODOS LOS MIEMBROS DEL OFICIALISMO TAMBIÉN PRESENTEN LA RENUNCIA. ES UN MECANISMO DE PRESIÓN, PORQUE EN ESTAS CONDICIONES ES IMPOSIBLE"
— TyC Sports (@TyCSports) August 19, 2025
🎙️ Javier Allievi, vocal de San Lorenzo que presentó su renuncia, explicó los motivos que lo… pic.twitter.com/YNLghlEC8e
La jugada, en los hechos, no es más que otra muestra de la lógica que atraviesa a Boedo: nadie quiere soltar el lugar que ocupa, nadie se resigna a quedar afuera de la mesa. Todos hablan de dar un paso al costado, pero en la práctica eligen quedarse agarrados al cargo.
El regreso en las sombras de Moretti
En ese marco, la figura de Moretti vuelve a flotar como la gran sombra sobre el club. Con el respaldo de la AFA y con la licencia a punto de expirar, su posible regreso se da en un contexto donde el resto de la CD muestra más dudas que convicciones. San Lorenzo vive atrapado en un clima donde las renuncias no son tales y donde las decisiones concretas brillan por su ausencia.
Para los hinchas, lo que se percibe es una sola cosa: parálisis institucional. Nadie se va, nadie termina de asumir costos, y mientras tanto el club sigue gobernado por dirigentes que parecen más ocupados en proteger sus lugares que en darle respuestas a la crisis.