Hay fechas que jamás se van a olvidar y que van a quedar por siempre grabadas en la retina de los hinchas. El 13 de agosto de 2014 marcó a fuego los corazones de todos los Cuervos. Es que ese día, San Lorenzo se subió al podio más alto de América con la conquista de la Copa Libertadores por primera vez en su historia.
Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Mauro Cetto, Santiago Gentiletti, Emmanuel Mas; Héctor Villalba, Néstor Ortigoza, Juan Mercier, Leandro Romagnoli; Mauro Matos y Martín Cauteruccio. Así formó el Ciclón de Edgardo Bauza en el Nuevo Gasómetro para ganarle 1-0 a Nacional de Paraguay y dar la vuelta después del empate 1-1 en el Defensores del Chaco.
Más allá de las dificultades del comienzo, a los 34 minutos llegó la jugada que cambió para siempre la vida azulgrana. Tras un córner, la pelota le cayó sobre la izquierda a Cauteruccio y Coronel cometió la imprudencia de ir a tapar con el brazo arriba. La pelota le pegó en la mano y todo terminó con el penal que el infalible Ortigoza transformó en gol.
Claro que no fue un título más. Los mayores méritos de esta gesta histórica hay que buscarlos en varios pasajes de la Copa, donde no arrancó bien y terminó encontrando una clasificación agónica en la fase de grupos, pasando por los mano a mano con los brasileños Gremio y Cruzeiro, y legando a la final después de dejar en el camino con holgura a Bolívar en la semi.
Por todo esto, este equipo del Patón será recordado para toda la vida. Escribió un capítulo más en la rica historia de la institución y pasó a la inmortalidad. Marcó un punto de inflexión en su historia. Un antes y un después ¡Qué orgullo es ser del Ciclón!