Después de varios días de negociaciones, finalmente San Lorenzo y Miguel Ángel Russo llegaron a un acuerdo para la rescisión anticipada del contrato que los unía hasta fin de año. Si bien había diferencias importantes en los montos, las partes lograron cerrar los números y ahora el entrenador podrá avanzar sin trabas hacia su futuro inmediato.
La intención de Russo era cerrar su ciclo en Boedo para poder asumir en Boca, donde ya lo esperan para iniciar una nueva etapa como DT. En las primeras conversaciones, desde su entorno se había acercado una cifra cercana a los 300 mil dólares, pero en San Lorenzo la consideraron insuficiente teniendo en cuenta los meses que restaban de vínculo, la situación institucional y la forma en que se produjo su salida.
La cifra final acordada ronda los 900.000 dólares, pero ese número no entrará al completo: a eso hay que descontarle la deuda que San Lorenzo mantenía con Russo, cercana a los dos meses de sueldo y los impuestos. En total, recibiría unos u$s 400.000 que será cubierto por el propio técnico o por su nuevo empleador (Boca) y permite cerrar formalmente un vínculo que en los papeles se extendía hasta diciembre. Si no hay problemas de último momento, la rescisión se firma por estas horas.
Este ingreso representa un alivio financiero para un club en plena crisis económica. Si bien todavía no se definió cómo se utilizará, hay dos caminos posibles: parte del dinero podría destinarse a saldar deudas con el plantel profesional, y otra parte podría usarse para avanzar en la contratación del próximo entrenador. En cualquier caso, la rescisión también libera a San Lorenzo para empezar a trabajar con mayor claridad sobre el futuro del equipo.
Russo asumió en plena crisis institucional y logró ordenar al equipo en un contexto adverso. Su ciclo terminó con una semifinal y el entusiasmo de los hinchas renovado. Pero su salida generó decepción: negoció con Boca mientras San Lorenzo se jugaba todo. Las formas y el momento opacaron lo bueno. Y eso, sin dudas, dejará una huella…
