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San Lorenzo volvió a sufrir pero rescató un punto en Tucumán

El Ciclón volvió a jugar mal pero sumó un punto frente a Atlético, que convirtió en figura a Torrico. Flojísimo partido del equipo de Montero.

El rendimiento de San Lorenzo fue una continuidad de lo que está siendo el ciclo Montero. Tenía la posibilidad de despegar luego del triunfo ante Defensa y Justicia, pero otra vez se vio un equipo sin ideas, con graves errores conceptuales y muy limitado que hizo que Atlético Tucumán, que también juega feo, haya convertido en figura a Torrico. Fue 0-0, pero pudo ser peor.

El arranque de San Lorenzo fue muy malo. Arriesgó demasiado en la salida (lenta) desde el fondo y eso, sumado a la poca movilidad de los volantes hicieron que se complicara solo. No se habían jugado ni 20 minutos y Atlético ya había generado varias situaciones para abrir el marcador. Con poco. Prácticamente nada.

A partir de la media hora el partido de planchó. El local se cansó y el CASLA jugó más cómodo dentro un trámite lleno de imprecisiones. En medio de todo esto, Di Santo avisó con un cabezazo a los 40 y dos minutos más tarde llegó la más clara: asistencia del 9 y remate de Uvita Fernández que dio en el palo. Flojito, otra vez, lo del equipo de Montero.

san lorenzo de almagro
Otro mal partido del San Lorenzo de Montero.

En medio de las limitaciones de ambos equipos, lo más claro para Atlético Tucumán en el arranque del segundo tiempo lo siguió generando el propio San Lorenzo. Fue por otra salida desde el fondo de la defensa que pudo terminar en gol. Porque Zapata se la tiró fuerte (y mal) a Torrico y el Cóndor tuvo que correr al segundo palo y tirarse para sacarla. Pudo haber sido el blooper del torneo. Insólito.

El trámite del juego continuó siendo malo, lleno de errores y sin ocasiones claras en los arcos. Montero optó por prescindir de Uvita Fernández, que parecía lo más peligroso del equipo, y apostó por Julián Palacios, que volvía a jugar después de haber sido titular en los primeros partidos y solo duró tres minutos: le metió fuerte a Ruiz Rodríguez y vio la roja directa de Darío Herrera.

Con uno menos, el DT decidió aguantar el cero en el arco: metió a Jalíl Elías y Gordillo por Herrera y Ortigoza. Y lo que siguió fue un viaje de ida hacia el área del Cóndor. El arquero tuvo que despejar con los pies un cabezazo de Orihuela y después tuvo que atorar rápido a Rodríguez porque antes Zapata había calculado mal y se la llevó de prepo el volante del Decano. Feo. Y con ganas.