Lo peor del caso de Cristian Zapata con San Lorenzo es que puede no ser el último jugador clave que termina yéndose. El que podría seguir en en la lista de pesos pesados que Rubén Insúa pretende que continúen en 2023 es Augusto Batalla. En el cuerpo técnico es un caso que preocupa y habrá que ver cómo se resuelve la situación.
La renovación está complicada. El arquero del arquero de 26 años tiene contrato hasta el 31 de diciembre y si bien desde el club tuvieron la iniciativa de llegar a un acuerdo con River, dueño de su pase, hasta el momento no hubo ningún otro avance en el tema. ¿Cuál es el principal problema? Económico: el Millonario quiere que el Ciclón haga uso de la opción de compra de un millón de dólares por el 80% de su pase, algo que en Boedo ven prácticamente imposible.
“Si hacemos uso de la opción se nos haría un poco complicado llegar a ese monto, por más que uno quiera un jugador con todas las ganas. Hoy la realidad es esa, uno no puede gastar a cuenta. No me gusta ni es la idea del club. Ojalá podamos resolverlo de la mejor manera posible”, contó Matías Caruzzo en diálogo con La Cicloneta.
Batalla actualmente está de vacaciones, como todo el plantel azulgrana, y en Núñez aseguran que Martín Demichelis no lo tendrá en cuenta para lo que viene. De este modo, una de las pocas chances de que continúe en San Lorenzo es llegando a un acuerdo de compra por un monto menor o renovar el préstamo, aunque antes debería firmar la extensión de su vínculo con River, que vence a mediados del 2023.
En este contexto, el manager azulgrana afirmó que abre “un abanico de posibilidades de otros arqueros”. Con Chila Gómez descartado, que pasará de Racing a Vélez, algunos de los nombres que interesan en Boedo son los de Guido Herrera, de Talleres de Córdoba; Facundo Altamirano, de último paso en Patronato (su ficha pertenece a Banfield); y Santiago Mele, cuyo pase es de Plaza Colonia de Uruguay y continuidad en Unión de Santa Fe está en duda.