La noticia sacudió al mundo San Lorenzo: Malcom Braida está en el radar de Boca , por pedido expreso de Miguel Ángel Russo. El entrenador, que acaba de dejar su cargo en Boedo y asumirá en el Xeneize, quiere llevarse a uno de los jugadores más importantes del Ciclón en este último tiempo. Sin embargo, hay un detalle no menor que cambia el panorama: la voluntad del propio futbolista.
El cordobés de 28 años llegó al club en 2022 con un contrato bajo, que fue revisado y mejorado en su última renovación hace un año. En esa renegociación, el jugador y la dirigencia acordaron una promesa de venta y acordaron bajar considerablemente la cláusula de rescisión, que pasó (insólitamente) de 6,5 millones de dólares a 1,2 millones porque la idea siempre fue abrir la puerta para que pueda salir sin dificultades en un futuro.
Pero a pesar de esa condición, el jugador no quiere salir por la puerta de atrás: desde su entorno aseguran que su intención es que Boca abra una negociación directa con San Lorenzo, y que las partes puedan llegar a un acuerdo razonable en buenos términos. En definitiva, se trataría de respetar aquel “pacto de caballeros” entre los clubes argentinos para no activar cláusulas de rescisión a la fuerza que de la vereda de enfrente, al parecer, no pensaban cumplir.
Esto hace pensar que, en caso de que Boca avance, la negociación podría parecerse mucho a la que tuvo San Lorenzo con River hace un tiempo por la transferencia de Adam Bareiro, con demasiados idas y vueltas y conversaciones antes de ponerse de acuerdo, y no se limitará a un pago directo que cualquier equipo con sus números acomodados podría pagar.
En Boedo, la preocupación crece porque perder a un futbolista clave y con peso en el vestuario, en medio de una etapa de transición tras la salida de Russo, sería un golpe duro. Sin embargo, esta historia parecería tener algunos capítulos más por delante.
