Otra vez, la brutalidad de la policía brasileña se hizo presente. Son imágenes que no dejan de repetirse cuando va un equipo argentino, o incluso la Selección, cada vez que juega en el país vecino. Represión, golpes, balas de goma y gases lacrimógenos. En la noche del martes, la padeció la gente de San Lorenzo en su visita a Atlético Mineiro.
A 10 minutos del final del partido empezó el tumulto. Los hinchas se dispersaron en el intento de defenderse de los bastonazos de los uniformados. Los gases que tiraron a metros de los Cuervos, de a poco empezó a bajar a la cancha y afectó no solo al público local sino también a los jugadores de ambos equipos. Locura.
Después del encuentro, la gente tampoco la pasó bien. Las combis y los micros que los trasladaron fueron demorados por varias horas y hubo cuatro hinchas detenidos, quienes fueron acompañados por dos dirigentes del Ciclón hasta quedar en libertad en la primera hora de este miércoles y emprenderán el regreso al país en breve.
“La Policía militar no tiene contemplaciones. Esto se origina por una cargada entre dos parcialidades y comienzan con ataques a mansalva, les tiraban a un metro de distancia. Las imágenes son elocuentes”, comentó en diálogo con TN el secretario de San Lorenzo, Pablo García Lago.
“Desde el inicio tuvimos inconvenientes. Muñecos con camiseta argentina ensangrentada, carteles llamándonos racistas y argentinos hdp… Fue bastante complicada la llegada y el trascurrir del partido. Estuvimos aproximadamente dos horas para poder llegar a donde estaban los micros y los detenidos”, agregó el directivo del Ciclón sobre lo que pasó en la noche de Belo Horizonte.
