A priori, el mercado de pases de San Lorenzo tendrá pocas contrataciones. “Pocos y de calidad” había mencionado Rubén Insúa en reiteradas ocasiones. Y si bien no declaró públicamente qué lugares intentará reforzar, ahora, con la salida de Cristian Zapata concretada, la necesidad de contratar a un marcador central está a la orden del día.
El colombiano de 36 años era uno de los pilares del equipo del Gallego. Sin embargo, a pesar de que habían llegado a un acuerdo por la renovación del contrato que vencía el 31 de diciembre, dejó el Ciclón por motivos personales: decidió no extender su estadía en Boedo para estar en contacto permanente con sus hijos, que están en Colombia.
Si bien la incorporación de un zaguero no era prioridad, ahora en San Lorenzo ya empezaron a buscar algún jugador para reemplazarlo y así completar un plantel que cuenta con pocos defensores de experiencia: Federico Gattoni y Gastón Campi son los que más edad y recorrido tienen, y más atrás están los casos de Gastón Hernández, que debutó en Primera en abril, Francisco Flores, Gonzalo Luján o Diego Calcaterra.
Uno de los primeros nombres que apareció fue el de Carlos Izquierdoz, el ex zaguero de Boca (de 34 años), pero además de que es imposible desde lo económico, su idea es continuar jugando en el Sporting de Gijón de España y esa opción quedó descartada. A partir de ahí, surgieron las alternativas de dos marcadores centrales que juegan en el fútbol local: Matías Catalán y Franco Calderón.
El primero, de 30 años, tiene pasado en el club y vínculo en Talleres hasta el 31/12, aunque desde Córdoba afirman que harán uso de su opción de compra (su pase pertenece a Pachuca) y renovará. El segundo, de 24 años, parece aún más difícil. Juega en Unión de Santa Fe, donde está ligado hasta diciembre del 2023, y el Tate lo tendía tasado en 3 millones de dólares, un número imposible para la economía que maneja San Lorenzo.