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Triunfazo del Ciclón en Santiago

Fue un triunfazo. De esos que ameritan celebrarse con un grito de desahogo y un puño bien apretado. San Lorenzo no hizo un buen primer tiempo, pero en el complemento se acomodó mejor y golpeó en los momentos justos a Central Córdoba. Una victoria imprescindible para comenzar a edificar desde las bases de la tranquilidad que le traerá a un plantel que necesitaba ganar su primer partido de la Liga Profesional.

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El Ciclón se plantó en Santiago con el mismo plan que Insúa dispuso en el empate sin goles ante Newell’s en Rosario, con una línea de cinco bien marcada, con volantes que retrocedían mientras El Ferroviario manejaba la pelota y en el que solo quedaban liberados Cerutti, Bareiro y Braida para tratar de inquietar con una salida rápida. Nunca lo hizo.

En este contexto, el local tomó la iniciativa y si bien le faltó profundidad en varios lapsos, contó con las mejores chances. Primero probó Soraire, después González Metilli y la más clara fue para Renzo López, que intentó definir de zurda luego de un pase filtrado pero apareció Batalla con un manotazo salvador para desviar el remate del delantero.

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San Lorenzo había salido mejor en el segundo tiempo y el premio llegó a los 10, con Cerutti bajándola al medio después de un rebote e Iván Leguizamón, que había entrados dos minutos antes por Braida, definiendo de primera lejos del alcance de Toselli. Al ratito, Bareiro dominó bien una pase largo pero tardó: tenía a Cerutti solo en el medio pero eligió definir con un defensor encima.

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Y el Ciclón creció después del 1-0, acarreado por el buen ingreso de Leguizamón. Ratos de posesión, de control que Central Córdoba no pudo divisar. Y aunque también hubo un susto, en el que Batalla volvió a responder luego de un cabezazo de Kalinski, Leguizamón, otra vez, armó un jugadón que Delfino cobró penal con asistencia del VAR y esta vez Bareiro no perdonó.

Sobre el final, el Ciclón tuvo el mérito de aguantar cuando debió hacerlo: un buen cierre de Fernández Mercau en una arremetida de Riaño y un desvío sobre la línea de Giay fue lo más claro del local. La última volvió a ser para Leguizamón, que dejó en el camino a pura velocidad a Di Benedetto y Toselli le ahogó el segundo de su cuenta personal. Lo ganó San Lorenzo, por fin, ahora deberá aprovechar el envión.

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