Chimy Ávila sumó pocos partidos con la camiseta de San Lorenzo y tampoco se afianzó como alternativa fuerte con ningún técnico. Sin embargo, su partida a España le empezó a dar un nombre en el mundo del fútbol. Tuvo dos buenas años en Huesca y hasta sonó como reemplazante de Luis Suárez en Barcelona cuando la venía rompiendo durante esta temporada en Osasuna.
Pero justo cuando estaba en el mejor momento de su carrera, sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y recién volverá a pisar las canchas el próximo semestre. Mientras aguarda por su recuperación (y que termine el parate del fútbol por la pandemia) el rosarino de 27 años se hizo el tiempo para hablar del Ciclón y se mostró ilusionado con un posible retorno.
“Me hubiese gustado irme con otra sensación, de haber jugado algo más. Quiero volver a San Lorenzo porque le debo a la gente. Después de estar sin jugar dos años (período en el que su hija pequeña estuvo internada), confió en mí sin ser nadie y hoy mi corazón siente que está en deuda. No prometo nada, pero mientras tanto lo sigo apoyando desde acá”, comentó desde Pamplona, en una entrevista con Antonio Arrighi, periodista de TyC Sports.
Luego contó que sigue el día a día azulgrana a la distancia. “No me pierdo un partido de San Lorenzo. Son las 4 de madrugada y estoy en la concentración viendo un partido. Y eso que al otro día tengo que jugar. A uno le encanta entrar a la cancha, que esté toda la gente cantando y gritando. Acá es similar, pero lo que se vive en Argentina no se vive en otro lugar”.
Más allá del deseo de volver, contó que la mejor decisión que pudo tomar es haberse ido a Europa para cambiar de aire. “Cuando salió la propuesta de ir a Huesca (a mediados del 2017) no lo dudé. Me llama Leo Franco para venir y le dije que quería ir a probar surte porque tenía cabeza muy quemada. Yo tenía un par de horas libres y me iba Rosario. No perdía un segundo. Pero arriesgué y me fui. Acá empecé a jugar, ascendí, me ofrecieron volver pero había prometido que si ascendíamos me quedaba un año más”, comentó.
Después, agregó: “Cuando se cumplió el segundo año de préstamo (junio de 2019), me tenía que presentar a la pretemporada en San Lorenzo y tenía muchas ganas de volver porque era algo que tenía pendiente, pero a la vez sabía que mi cabeza no iba a funcionar teniendo Rosario cerca. Estando acá en España hay problemas que no puedo resolver. Entonces me junté con mi representante y habló con ellos. Marcelo (Tinelli) y Matías (Lammens) se portaron muy bien”.
Por último, desmintió haber dicho que quería jugar en Boca con su hermano menor Gastón, defensor del Xeneize. “Me encantaría jugar junto con él, sí claro, pero nunca dije que mi sueño es jugar con mi hermano en Boca. Mi cabeza está tranquila y soy consciente que la deuda la tengo con San Lorenzo. Que venga él a jugar al lado de Colocha, ja”, cerró el Chimy.