La crisis institucional de San Lorenzo sumó un nuevo capítulo. En las últimas horas se confirmó la salida de Martín Cigna, hombre fuerte del moretismo y quien fuera la mano derecha de Marcelo Moretti cuando se armó el proyecto que ganó las elecciones en diciembre. Su renuncia, que ya se esperaba desde hace varias semanas, se hizo finalmente oficial y golpea de lleno al arco político azulgrana.
Cigna ya venía enfrentado con el presidente, sobre todo desde que Moretti decidió retomar sus funciones esta misma semana sin la aprobación de la Comisión Directiva. En ese contexto, cumplió con su palabra y presentó la dimisión no solo a la Secretaría, sino también a su cargo de vocal titular, por lo que deja definitivamente su lugar en la CD. Con su salida, se conoció además la del prosecretario Uriel Barros, y con ello se encendieron aún más las alarmas en Boedo.
Con estas dimisiones, el Ciclón suma ya siete renuncias sobre la mesa y solo quedan trece cargos activos, con dos esperando por asumir a raíz de salidas pasadas. El panorama es crítico: con apenas cinco bajas más, se alcanzaría la acefalía, ya que no habría quórum para sesionar ni para designar reemplazos. En ese escenario, la etapa de Moretti como presidente llegaría a su final, más allá de su intención de resistir en el cargo.
Al igual que ocurrió con Julio Lopardo, quien había dejado la vicepresidencia primera pero no su lugar en la comisión, la renuncia de Cigna deberá ser aprobada en reunión de CD. El problema es que, si se siguen acumulando bajas en los próximos días, como ya adelantaron varios dirigentes, no habrá quórum suficiente para que esa instancia se lleve adelante. Eso abriría la puerta a una situación inédita: un club sin gobernabilidad efectiva.
En el entorno del propio presidente ya reconocen lo delicado del momento: ahora sí, Moretti habría admitido en privado que “ve difícil” para continuar en su cargo ante la inminente ola de dimisiones. Un escenario que parecía impensado en diciembre, hoy lo pone contra las cuerdas y deja a San Lorenzo al borde de un vacío institucional.
