Franco Di Santo ya es pasado en San Lorenzo. El delantero intimó al club por una deuda con Agremiados, el gremio le otorgó la libertad de acción y se alejó de después de un año y medio, en los que disputó 39 partidos y convirtió 13 goles. Ya desde Turquía, donde firmó para jugar en Goztepe, habló largo y tendido de lo que vivió durante los últimos meses en Boedo.
Consultado por el motivo de su salida, en una entrevista que concedió en radio La Red, el mendocino de 32 años no dudó: “Decidí irme porque ya era una situación insostenible en todo sentido, en lo económico y en lo personal. Entonces, cuando me surgió la posibilidad de volver a Europa tomé la decisión”.
Al mismo tiempo, el delantero reconoció que quedar como uno de los apuntados por la gente también influyó en su partida. “La relación con el hincha fue muy desgastante en todo sentido. Ese desgaste se sumó a que se me debía ya un año de contrato, entre el 80 y 85 por ciento. Eso nunca se dijo. Jugué callado y traté siempre de dar lo mejor. Con esto no le echo la culpa a nadie, fue una decisión propia decir que hasta que termine el campeonato voy a agachar la cabeza pase lo que pase”.
Cuando le preguntaron específicamente por el pase frustrado a Boca en el mercado de junio, sostuvo: “La oferta existió y muchos decían que no me fui porque en San Lorenzo estaba cobrando en dólares, algo que no es cierto. Nunca cobré en dólares. Si hubiera sido por plata, me hubiera ido libre en ese momento porque ya me debían tres o cuatro meses y podía pedir el pase”.
Después, siguió: “Yo prometí que no iba a hacer problemas, que no me iba a ir más allá que me pagaran o no por respeto a mis compañeros y a la gente que me había traído. Salgo a aclarar esto porque quedé como el malo de la película y creo que no lo fui. Se lo dije al presidente Arreceygor junto a tres o cuatro jugadores en una reunión. Creía que lo primordial era no generar más problemas porque sino sería un caos. Me hubiera gustado que se me hubiese reconocido. Entiendo que soy 9 y si no se hacen goles el peso cae encima de uno“.
Entre otras cosas, a Di Santo muchos lo condenaron por unas declaraciones apuntando al mejor clima del vestuario tras la salida de los hermanos Romero. Respecto a eso, dijo: “Para el hincha el culpable de que se fueran los melli era culpa mía. En lo personal, como 9, uno siempre quiere jugadores como ellos. Pero en lo grupal lamentablemente era desgastante. El fútbol se juega de a once. No de uno, ni de dos, ni de tres, ni de cuatro. El vestuario no era el mismo, era difícil. Se me cargó la mochila que eché a los Romero y, si les preguntás, creo que era el que más hablaba con ellos”.
Si lo tomó por sorpresa los continuos problemas que atravesó en Boedo, el jugador aseguró que “me sorprendió, por supuesto, pero al mismo tiempo dentro de todo yo venía medio curtido de Brasil (jugó seis meses en Atletico Mineiro). Si en lo deportivo nos hubiera ido un poco mejor, estas cosas pasaban desapercibidas. Como no nos iba bien, todo se multiplicó por diez“.
¿Qué análisis hizo de su estadía en el Ciclón? “Fueron momentos más malos que buenos, los resultados no acompañaron. Siento que me podría haber ido mejor. Si hoy me dicen hiciste una mala campaña, creería que no. Al principio me costó. Con Dabove me pude soltar un poco más y los últimos dos campeonatos terminé saliendo goleador del equipo. Me hubiera encantado hacer mil goles, haber clasificado a la Libertadores y que San Lorenzo salga campeón. No fue malo mi pasaje por San Lorenzo, pero fui muy criticado por un montón de cosas que no venían al caso”, afirmó Di Santo.