Iván Tapia se fue de San Lorenzo. El volante de 25 años se despidió de todos después del partido de este sábado contra Newell’s en el Nuevo Gasómetro, retiró sus pertenencias y le puso punto final a su corta etapa en Boedo. Por estas horas rescindirá el préstamo que tenía duración hasta diciembre y regresará a Barracas Central.
Los motivos son clarísimos. ¿De cuáles se trata? De la falta de continuidad y de ritmo que tuvo en estos siete meses. El hijo del Chiqui ya le había comunicado su decisión el viernes a Leandro Romagnoli y antes de partir se vistió por última vez de azulgrana: estuvo sentado en el banco de suplentes ante La Lepra pero no formó parte de ninguno de los cinco cambios del Pipi.
“Vino a hablar conmigo y me dijo que regresaba a Barracas Central. Le agradecí porque siempre fue un gran profesional, tiró para adelante, apoyó y entrenó de la mejor manera. A veces cuando uno no tiene tantos minutos los necesita y los busca en otro lado”, contó el DT de San Lorenzo en la conferencia de prensa post 1-1 ante los rosarinos.
Desde que se sumó a fines de enero, Tapia acumuló solamente 307 minutos repartidos en seis partidos entre Copa de la Liga, Liga Profesional y Copa Argentina, cuatro de ellos como titular. En la Copa Libertadores directamente no jugó. Todo esto hizo que se replanteara su continuidad en el Ciclón.
Ahora bien, si bien es cierto que volverá a ser parte de Barracas Central, el club dueño de su ficha, también apareció en las últimas horas la posibilidad de que pueda seguir su carrera en Godoy Cruz. Lo único seguro es que San Lorenzo ya forma parte del pasado de Tapia…