Mirko Saric jugó 40 partidos oficiales en la Primera de San Lorenzo, en los que marcó cuatro goles. Era un volante talentoso. Zurdo. Polifuncional. Su pase valía 10 millones de dólares y estuvo en la órbita del Real Madrid. Sin embargo, su historia dio un giro cuando decidió suicidarse un 4 de abril del 2000. Y si bien no se conocían detalles, a pocas de cumplirse los 20 años del deceso, su madre decidió contar la historia que terminó en tragedia.
“Él tenía una barra para estirar la columna y que lo ayudaba a hacer ejercicios. Se dio 2 vueltas al cuello con tres nudos. Yo sabía que Mirko no estaba bien pero jamás pensé que pudiera tomar semejante decisión“, contó Ivana en una extensa entrevista a Infobae, al momento que indicó que su hijo no estaba atravesando su mejor momento después de haber sufrido una grave lesión ligamentaria y chocar su coche. Lo veía raro.
El giro de la historia acontece cuando decide “contar algo que nunca dije”. Mirko salía con una chica del barrio que había quedado embarazada y se hizo cargo del hijo que estaba por venir. Pero un día, sospechas de por medio, un ADN determinó que no era el padre. Eso desencadenó el desenlace fatal: su dolor fue tan grande que no pudo lo pudo reparar.
“Estaba feliz porque había sido papá. Era una chica del barrio y sabíamos cómo se manejaba cuando él estaba concentrado… La enganchaban con muchos pibes. Nosotros le pedimos que se hiciera un ADN, porque yo quería saber si era realmente abuela”, relató Ivana. A la vez que indicó que al conocer que el test dio negativo “lloraba a más no poder. Ojalá hubiera sido de él porque si ese hijo hubiera sido suyo, no se hubiera matado“.
Pasaron dos décadas del momento en que aquella joven promesa conmovió a todo el mundo San Lorenzo y el fútbol argentino. Boedo aún lo extraña…