Terminó el partido ante Aldosivi y se desató la fieste en el Nuevo Gasómetro. Por la clasificación a la Copa Sudamericana, algo inimaginable a principios del semestre, y por la despedida de dos próceres como Sebastián Torrico y Néstor Ortigoza, quienes lagrimeando, a metros de la Libertadores que conquistaron en 2014, le dijeron adiós al fútbol profesional.
Las salidas del arquero y el volante reorganizaron la estructura jerárquica dentro del vestuario de San Lorenzo. Federico Gattoni portó la cinta durante gran parte del campeonato, siempre y cuando no estuvieron ni el Cóndor ni el Gordo jugando desde el arranque, y escaló a un nivel de referente validado por su perfil profesional y su profunda identificación azulgrana, más allá de su corta trayectoria y sus 23 años de edad.
Y posiblemente se reparta la insignia con Cristian Zapata, quien la lució en el partido contra Godoy Cruz cuanto no estuvo el juvenil. A la vez, por su trayectoria y nivel de juego, estará involucrado en el apuntalamiento de sus compañeros dentro del campo y en trasladarles un mensaje de conducta a los promovidos de Inferiores y/o a los próximos refuerzos.
Por continuidad, ellos dos junto a Augusto Batalla y Ezequiel Cerutti serán quienes tendrán mayor ascendencia en el partido a partido. El ex River, a sus 26 años, llegó con alma de líder desde sus primeros días en el club aún cuando no tenía posibilidades de jugar. El Pocho, de 30 años, aunque con un perfil más bajo, es otra de las voces cantantes por su recorrido en el Ciclón.
Detrás de estos futbolistas aparecen Gastón Campi y Nicolás Blandi, quienes habitualmente no están entre los titulares pero son modelos a seguir precisamente por cómo se sostienen. El defensor de 31 años es una pieza de recambio constante en la defensa y cada vez que entró no desentonó. A Nico (32 años), en tanto, le tocó jugar mucho menos pero comprende su lugar, sin dar muestras de desaprobación por no sumar minutos fomentando la sana competencia.
De estos futbolistas, los que por ahora no tienen su continuidad asegurada son Zapata y Batalla, a quienes se les vence el contrato el 31 de diciembre junto a Juan Ignacio Méndez y Adam Bareiro. Por los cuatro hay negociaciones en marcha y Rubén Insúa se mostró optimista con poder contarlos para su San Lorenzo modelo 2023. “En todos los casos soy optimista. A nosotros todos nos dijeron que se querían quedar”, comentó hace algunos días.