El mundo está en alerta por la expansión del Coronavirus. Ya es de público conocimiento que la Organización Mundial de la Salud la rotuló de pandemia sobre el final de la semana pasada y que la mayoría de las ligas del mundo detuvieron su actividad como medida preventiva. Y ahora le llegó el turno al fútbol argentino.
Luego de que la primera fecha de la Copa Superliga se haya disputado a puertas cerradas, a través de una nota oficial de la Nación firmada por Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes, dirigidas a Chiqui Tapia y Marcelo Tinelli, presidentes de la AFA y Superliga, respectivamente, comunicó que se suspende la actividad hasta el 31 de marzo. Asimismo, recomendó el cese de los entrenamientos.
Pese a que Alberto Fernández había alentado a su continuidad, tras las pertinentes deliberaciones entre la AFA, Superliga y Futbolistas Argentinos Agremiados, teniendo en cuenta que el ambiente se había volcado a favor de la medida preventiva, se llegó a la decisión de parar la pelota a la espera de nuevos acontecimientos.
De esta manera, Argentina fue el último país de Sudamérica en ponerle un freno al fútbol para no poner en riesgo la salud de los jugadores y sus seres queridos como consecuencia de una eventual cadena de contagio.