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San Lorenzo volvió al triunfo y respira Dabove

El Ciclón le ganó como visitante a Estudiantes por 2-0 con goles de Uvita Fernández y Juan Ramírez. El DT tomó aire después de una semana difícil y seis partidos sin victorias en la Copa de la Liga..

Con la ausencia sorprendente de Angel Romero, Diego Dabove buscó lo que terminó encontrando en la noche de La Plata. Se lo vio distinto a San Lorenzo. Es cierto, sin brillo, pero lo que sí hubo fue intensidad… Hasta un compromiso que no se había visto en los últimos partidos y que había terminado en la prematura salida en Copa Argentina. Así, fue algo más que Estudiantes para ganarle 2-0 y conseguir un triunfo necesario en el peor momento del ciclo del DT.

San Lorenzo arrancó bien. Mejor que su rival, como suele suceder en los últimos partidos. Fue superior, fundamentalmente, en los primeros 15 minutos, cuando peleó y, con poco, fue más que Estudiantes. Y como resultaba difícil penetrar por el centro, Di Santo desbordó y metió una buena asistencia que empujó Uvita Fernández a la carrera. Pero, enseguida, se quedó. Cedió la pelota y el protagonismo.

El Pincha tuvo sus posibilidades por arriba. Dos veces ganó en el área el local, con centros cruzados que terminaban en la espalda de Pittón. En una de ellas Sánchez Miño llegó exigido y en otra salvó Devecchi luego de un cabezazo de David Ayala. Entre medio, la jugada que pudo haber cambiado el desarrollo del juego: Di Santo metió el segundo en posición lícita, pero el asistente de Merlos interpretó que Troyansky intervino en la jugada y por eso cobró (mal) offside.

El arranque del complemento fue prácticamente igual a lo último de los primeros 45 minutos. Estudiantes seguía siendo dueño del trámite pero, con pocas ideas, se repetía en el juego aéreo sin inquietar al arco azulgrana. San Lorenzo se replegó en el fondo, ordenado, e intentaba buscar de contra. Flojito todo.

Dabove sacó a Uvita Fernández y apostó a Siro Rosane para tener mayor contención en el medio después que Zielinski haya metido tres cambios ofensivos. Y mientras el local buscaba, San Lorenzo encontró premio: recuperó Palacios, desbordó Herrera, Troyanski controló, giró y habilitó a Juan Ramírez, que resolvió de zurda para el 2-0. Pura efectividad.

Lo que vino después fue pura impotencia pincharrata ante un Ciclón que prácticamente no sufrió sobresaltos, ya con los ingresos de Angel, Elías y Nicolás Fernández por Troyanski, Ramírez y Di Santo. Para San Lorenzo puede ser el empujón definitivo para dejar atrás todos los fantasmas y darle oxígeno a un cuerpo técnico mirado con lupa.