Fue la peor derrota del ciclo. No sólo por la paliza futbolística, sino fundamentalmente por la forma, por la actuación decepcionante, por los horrores defensivos y la falta reacción, de juego, de situaciones. Todo esto derivó en una profunda autocrítica de Rubén Darío Insua luego de ver a su San Lorenzo goleado 4-1 en Avellaneda. “Racing ganó de forma merecida, fue superior y el resultado refleja lo que pasó en la cancha”
“Es evidente que fue muy superior en cuanto a la intensidad del juego. Nos costó muchísimo ganar los duelos individuales, cuando no tenés la pelota para saber defender y cuando la tenés en tu poder para generar desequilibrio en el rival. Racing es un buen equipo que tiene buenos jugadores y decisión para definir”, agregó después.
Después fue al hueso cuando le consultaron qué hace falta mejorar: “Esencialmente entrenar. Este equipo está muy atrasado en la preparación que te exige un fútbol como el argentino, donde tenés que estar preparado para jugar al límite desde que empieza hasta que termina. Tenemos jugadores que han entrenado muy poco y eso el rival lo sabe aprovechar”.
Y siguió: “En los goles de Racing se puede apreciar que en escasos lugar de margen de maniobra siempre llegaban primero los jugadores de ellos. Nosotros hemos tenido un arranque bastante aceptable, pero cuando sos superior al rival lo que vuelca la balanza a favor es la precisión alta en los últimos metros. Después el partido se hizo cuesta arriba empezaron a ganar los rebotes en el medio, sin tener demasiadas llegadas creo yo, pero sí una precisión alta. Cuando tuvieron las posibilidades las supieron aprovechar”.
De cara al partido del martes con Estudiantes, ¿San Lorenzo se juega más que tres puntos? “Si ganás te dan tres puntos, más que eso no te dan”, contestó. Y agregó: “Hay que jugar bien, mejor que el rival, trabajar mucho. Hay que olvidarse del equipo del 2022 y del 2023 porque ya no están. Es un plantel nuevo. Hay que arrancar de cero, con humildad, sacrificio. Con una buena lectura de lo que pasa, con un buen diagnóstico, no vender ningún espejito de color y así, presumo que con el tiempo volveremos a ser competitivos“.