Con el fútbol ya terminado tras la eliminación en el Torneo Clausura, San Lorenzo sigue atravesado por su peor crisis institucional de los últimos años. Sin conducción clara, con dirigentes aferrados a sus cargos y con los socios aguardando definiciones, el foco ahora está puesto exclusivamente en el futuro político del club.
En ese escenario, la Asociación del Fútbol Argentino, encabezada por Claudio Tapia, comenzó a mover fichas con más firmeza. En las últimas horas trascendió que desde la AFA existe una decisión política de avanzar hacia la acefalía, como paso previo para activar los mecanismos estatutarios: la conformación de una comisión transitoria y, finalmente, el llamado a elecciones.
La orden, que llega “desde arriba”, ya circula en el mundo San Lorenzo. En ese marco, se especula con que en los próximos días podría convocarse finalmente la tan postergada reunión de Comisión Directiva, que debería ser clave para destrabar el conflicto. Sin embargo, por ahora no hay confirmaciones oficiales y el hermetismo sigue siendo total.
El plan que impulsa la AFA es claro: repetir el procedimiento que ya se intentó en septiembre y luego fue frenado por la Justicia. Es decir, que los dirigentes que habían presentado su renuncia la ratifiquen de manera formal, lo que permitiría declarar la acefalía. Pero el escenario volvió a enredarse. Algunos directivos se sostienen en sus cargos y otros incluso dieron marcha atrás con sus dimisiones.
Mientras tanto, Marcelo Moretti continúa sin renunciar, el club sigue sin conducción política efectiva y las definiciones se estiran en un clima de máxima incertidumbre. En la AFA, en cambio, la postura es tajante: no quieren saber nada con la continuidad del actual presidente.
Hasta el momento, el único dirigente que se ofreció públicamente para encabezar una eventual comisión transitoria es Sergio Constantino, aunque su nombre todavía no genera consenso total dentro del arco político azulgrana.
Así, San Lorenzo transita días determinantes. Todo indica que la próxima semana podría haber una reunión de Comisión Directiva, empujada por la presión de la AFA, pero en Boedo nadie se anima a dar nada por seguro. Lo único concreto es que el run run de la acefalía es hoy más fuerte que nunca, mientras el club sigue atrapado en una crisis institucional sin final a la vista.
