Tuvo un paso fugaz en San Lorenzo. Fueron apenas 12 partidos en los que mostró algunos de sus habituales destellos. Sin embargo, sus ausencias en más de un entrenamiento, sus llegadas tardes y jornadas en las que no se lo veía en las mejores condiciones físicas, terminaron con la estadía de Ricardo Centurión en Boedo. ¿Por qué llegó nuevamente a esta situación?
“Porque me había cansado de la vida, me habían agotado muchas cosas, tenía ataques de pánico… Necesitaba aislarme de todo, por eso elegí esto. No me soportaba ni a mí mismo, era muy difícil”, comentó en crudo Ricky, quien actualmente se encuentra entrenando a contra turno y aislado del plantel profesional de Vélez, el club dueño de su pase.
Después agregó: “Faltaba a entrenar de pelotudo grande por un montón de problemas que tenía, antes no lo hacía. Si me la pegaba iba a entrenar igual. Inconscientemente o no le falto el respeto a mi compañero, que se está rompiendo el orto para jugar y después uno falta y juega. Pero son decisiones del entrenador y de uno, que me daban la mano y les agarraba el codo. Yo me pongo en el lugar de un técnico o un dirigente y debe ser difícil. Los entiendo”.
Refiriéndose al trato que tenía con Troglio, el técnico que confió en él para traerlo al Ciclón, comentó: “Con Pedro no le ganábamos a nadie y yo me quería matar porque es una persona increíble. Cuando quedamos afuera de la Copa Argentina explotó y pegó el portazo. Pero conmigo y con el plantel, de 10″.
Por último, a corazón abierto, aseguró que no encuentra razones de por qué está atravesando por este momento. “Yo pensaba que hasta el amor de mi hija me iba a hacer olvidar muchas cosas, y no lo pude soportar. Entiendo todo, me hago cargo. ¿Y por qué no lo soluciono? La verdad es que no tengo respuestas. Obviamente me duele saber que llega el fin de semana y no concentro. Pero tengo la esperanza de volver a jugar. Tengo 29 años y sé que lo voy a hacer”, dijo en La Red.
