El parate de selecciones permitió un respiro, sí. Pero más que descanso, septiembre aparece como un mes de redefiniciones para San Lorenzo, que deberá afrontar tres compromisos con un grado de exigencia que poco tiene de alivio. Porque el calendario lo lleva directo a Avellaneda en dos oportunidades consecutivas y luego lo devuelve al Bajo Flores con la obligación de volver a hacerse fuerte en casa.
La primera parada será nada menos que en el Cilindro. El viernes 12 de septiembre a las 19 horas, el Ciclón visitará a Racing en un clásico que no entiende de pausas ni de procesos: ahí, el equipo de Damián Ayude tendrá que mostrar señales de crecimiento después del empate en el clásico de barrio con Huracán que claramente dejó sabor a poco.
Nueve días más tarde, otra cita de alto voltaje. El domingo 21, a las 14.30, Independiente lo espera en el Libertadores de América. Y septiembre se cerrará en el Nuevo Gasómetro. El sábado 27 a las 16.45, San Lorenzo recibirá a Godoy Cruz, en lo que será el único encuentro como local en el mes y, al mismo tiempo, la chance de capitalizar todo lo construido a lo largo de la seguidilla.
En definitiva, serán apenas tres partidos, pero cargados de historia, peso y necesidad. Para Ayude y su plantel, el objetivo es claro: sumar la mayor cantidad de puntos para mantenerse entre los mejores de la Zona B (está cuarto, con 12 puntos) y seguir en la pelea por la clasificación a las copas 2026 (hoy sexto, a razón de 39 unidades y en zona de Sudamericana).
