Pasó un día desde que Boca lo presentó oficialmente como refuerzo, y recién entonces Malcom Braida decidió romper el silencio. Lo hizo a través de su cuenta de Instagram, con un posteo donde compartió un video recopilatorio de sus jugadas en San Lorenzo y un mensaje de despedida. No fue un simple adiós: fue el cierre de una etapa significativa, pero también el inicio de una polémica por su elección de destino.
Es que más allá de su rendimiento en el club, el pase al Xeneize no cayó bien en el mundo San Lorenzo. No sólo por tratarse de un jugador que fue titular casi indiscutido en los últimos torneos, sino por el hecho de que cruzó directamente al clásico rival, algo que genera un inevitable resquemor en buena parte de la hinchada. De hecho, debió desactivar los comentarios de la publicación que hizo.
“Fueron muchos años en este club donde encontré personas maravillosas y viví muchas experiencias buenas y algunas no tanto”, escribió Braida, que había llegado al Ciclón en enero de 2022 desde Instituto. “Agradezco a toda la gente por el cariño que me demostraron, el cual me gané a base de mucho esfuerzo y profesionalismo”.
La operación se cerró en alrededor de 1.800.000 dólares brutos (el 50% es de la Gloria), resignando la deuda que el club mantenía con él, lo que allanó el camino para la transferencia. Firmó un contrato por cuatro años con Boca y ya está camino a Estados Unidos para sumarse al plantel de Russo, que lo pidió expresamente tras dirigirlo este último tiempo en Boedo.
“Me quedo con todas las cosas positivas que viví en este tiempo y con la tranquilidad de saber que siempre di lo mejor de mí cada vez que me tocó defender esta camiseta”, continuó Braida en su despedida. También dejó una frase que dio que hablar: “Entiendo que es la decisión más sensata para San Lorenzo y para mí”.
El mensaje completo incluyó agradecimientos a compañeros, empleados del club y a quienes lo acompañaron durante su etapa en Boedo. Pero en el hincha quedó flotando la sensación de desilusión, no por el adiós en sí, sino por el destino. Y en San Lorenzo, como suele ocurrir, no hay margen para las medias tintas cuando se trata de Boca.
En total, Braida jugó 138 partidos en San Lorenzo, marcó 7 goles y dio 8 asistencias. Su presencia por la banda izquierda fue clave en varios tramos del ciclo de Rubén Darío Insúa, y su perfil profesional lo volvió una pieza importante en el vestuario. Sin embargo, el impacto de su salida queda opacado por el club al que decidió irse.