Después de muchas dudas acerca de su futuro, Iker Muniain cumplió con su palabra: volvió de Europa, se puso a disposición de Miguel Ángel Russo y hoy disfruta de un oasis en la pretemporada de San Lorenzo. Y lo hace pese a todo lo que le tocó pasar el semestre pasado: internas dirigencias, problemas económicos y el muy flojo andar futbolístico del equipo.
“Veníamos de una temporada bastante dura, donde los resultados no acompañaron como nos hubiese gustado y también con ciertos problemas extradeportivos. Pero creo que ya dejamos todo eso atrás. Siento y creo que se están empezando a hacer las cosas de otra manera, que se están empezando a acomodar las situaciones de a poco”, declaró en diálogo con ESPN.
Y siguió: “Eso siempre es bueno, que dentro del vestuario simplemente hablemos de fútbol, que es lo que nos gusta y en lo que nos tenemos que centrar. Ojalá tengamos un inicio de año bueno. E estos partidos nos estamos encontrando con buenas sensaciones y ojalá podamos trasladarnos en el arranque del torneo”.
Después opinó sobre su primera pretemporada en el fútbol argentino. “Es mucho más dura que en Europa. Me sorprende la carga que hay acá, aunque hay menos tiempo de preparación, pero estoy contento con el esfuerzo de todos los muchachos. Llegué la temporada pasada con el torneo avanzado y casi finalizado, ahora ilusionado con arrancar de cero”, mencionó el vasco.
“Me encanta todo de San Lorenzo”
En poco tiempo, Iker Muniain se convirtió en un emblema de San Lorenzo. No solo es capitán y referente dentro y fuera del campo de juego, sino que también por historia, trayectoria y rendimientos se convirtió en el ídolo de los hinchas. Y él, obviamente, lo está disfrutando a pleno.
“Me encanta todo de San Lorenzo. Desde que llegué me siento un enamorado. El cariño que me dio la gente desde el primer segundo, ver cómo me tratan y sus caras de felicidad cuando los siento cerca. Los compañeros, el vestuario, la gente que trabaja en el club. Esa humildad que desprende, el dejarlo todo por el club donde están”, dijo Muniain.
“Yo le doy mucha importancia al sentimiento de pertenencia y trato de devolvérselos cada vez que salgo a la cancha. Ojalá podamos vivir cosas bonitas”, cerró el volante ofensivo de 31 años, que desechó el dineral que le ofreció Botafogo, vigente campeón de la Copa Libertadores, para seguir disfrutando de su experiencia en Boedo.
