Como tantas otras veces, Rubén Insúa levantó el teléfono y llamó a un jugador para tratar de convencerlo de que juegue en San Lorenzo. Ayer admitió que lo hizo con Óscar Romero, el volante paraguayo que jugó dos años en el Ciclón y como en Boca no tenía lugar, terminó rescindiendo su contrato que lo unía hasta el 31 de diciembre.
“Hay clubes que se acercaron y estoy muy agradecido. Hablé con él, pero como en ese momento estaba todavía vinculado a Boca no le di ninguna respuesta. A partir de ahora sí empezaré a escuchar las cosas que me llegaron y los próximos días decidiré a dónde iría a jugar”, comentó el mellizo en diálogo con Fútbol a lo grande, de radio Monumental de Paraguay.
El interés del Gallego es real, aunque si las chances ya parecían ser mínimas por varias cuestiones (el salario del jugador, la deuda que mantiene el CASLA con él y su hermano y la mala relación con los dirigentes), ahora también se le suma el deseo del jugador de querer irse de la Argentina para continuar su carrera en el exterior.
“Traté de resolver mi situación con Boca y a partir de hoy voy a analizar las cosas que me estén llegando. No quiero cerrarle las puertas a nadie, pero mi idea junto a la de mi familia es salir al exterior. Decidiré lo más rápido posible, no quiero esperar mucho”, avisó Romero, que sostuvo que ya tiene sobre la mesa una oferta de Vasco Da Gama de Brasil.