Rubén Darío Insua tenía claro algunas de sus prioridades para encarar un 2024 que tendrá a San Lorenzo en la Copa Libertadores. “Hay que comprar a Augusto Batalla y Facundo Altamirano, que son dos grandes arqueros“, fueron dos de los pedidos del Gallego para este mercado de pases. Sin embargo, empezaron a caerle las bombas una por una.
Primero porque Batalla no jugará más en el Ciclón: el arquero titular decidió continuar su carrera en el Granada de España. Y después porque Altamirano, por el que la nueva dirigencia estaba negociando la compra de su pase con Banfield tras no hacer uso de la opción de 1.600.000 dólares, también está afuera de Boedo. ¿El motivo?
Marcelo Moretti sorprendió en el canal de Pablo Lafourcade y en una oración describió una situación que se desconocía. “Su representante es el mismo que nos inhibió por (Yeison) Gordillo, así que estamos tomando una decisión política de qué vamos a hacer”, avisó, filtrando que su agente (Pascual Lezcano) está en medio del conflicto por la deuda que el colombiano reclamó ante la FIFA.
En este escenario, después de unas charlas internas que se extendieron hasta la mañana de este viernes, San Lorenzo detendrá su marcha en pos de contratar a Altamirano, quien ya tenía algunas propuestas para irse a otros equipos del fútbol argentino y ahora se le abrió la posibilidad de emigrar al exterior.
Así, Insua no solo pierde a su arquero titular sino también al suplente y el club, no sin antes levantar la inhibición, deberá a ir buscar a otro jugador que ocupe los tres palos de cara a la próxima temporada. Panorama difícil en Boedo…
