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Por qué el regreso a los entrenamientos expone como nunca el desorden del club

El plantel San Lorenzo volvió a entrenarse pese a no tener competencia y en medio del desorden dirigencial. Qué decidieron los jugadores, hasta cuándo trabajarán y qué buscan resolver.

En un contexto institucional completamente desordenado y sin objetivos deportivos por delante, San Lorenzo volvió este miércoles a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva, apenas días después de la escandalosa eliminación en Santiago del Estero que le puso punto final a la temporada.

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La vuelta a las prácticas sorprende porque, en principio, el plantel iba a quedar licenciado tras la eliminación, como sucede con la mayoría de los equipos del fútbol argentino que ya no tienen compromisos oficiales. Sin embargo, la situación particular del club, atravesado por una profunda crisis dirigencial, empujó a los jugadores y al cuerpo técnico a reunirse nuevamente para comenzar a aclarar su futuro inmediato.

Una decisión en medio del caos

La determinación fue consensuada entre el plantel, el cuerpo técnico comandado por Damián Ayude y el director deportivo Carlos Sánchez, con el objetivo de mantenerse activos algunos días más mientras se definen cuestiones clave relacionadas con contratos, salidas, renovaciones y el armado del plantel para 2026.

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En principio, los entrenamientos se extenderán hasta el viernes 5 de diciembre, es decir, durante lo que resta de esta semana y la próxima. Luego de eso, los futbolistas comenzarán sus vacaciones, que se extenderían hasta el 27/12, siempre y cuando no surjan cambios de último momento.

Contratos, salidas y un futuro sin conducción clara

Estos días de trabajo servirán, además, para empezar a resolver la situación individual de varios futbolistas: hay jugadores con contrato próximo a vencer, otros con chances concretas de emigrar y algunos que deberán regresar para integrarse al proyecto del próximo año.

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Todo esto ocurre sin una conducción dirigencial activa. Marcelo Moretti continúa absorbido por sus problemas judiciales, mientras que ningún dirigente se ha acercado al club para dar explicaciones o certezas al plantel. La ausencia total de respuestas obliga a los jugadores a transitar este cierre de año en un clima de absoluta indefinición.

Un cierre de año atípico

Así, San Lorenzo vive un final de temporada inusual, sin competencia en el horizonte, sin conducción clara y con múltiples interrogantes abiertos. La decisión de volver a entrenarse no responde a lo deportivo, sino a la necesidad de empezar a ordenar un futuro que hoy aparece completamente nublado.

Mientras tanto, el plantel espera. Espera por definiciones, por certezas, por un rumbo. Algo que hoy, en Boedo, parece estar lejos de aparecer.

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