No le será nada fácil a Miguel Ángel Russo convertirse en el nuevo técnico de Boca. No por su deseo ni el de Juan Román Riquelme: el arreglo entre ellos, en silencio, se dio muy rápido. ¿Y entonces? Al entrenador de 68 años le costará desprenderse de San Lorenzo, de donde renunció apenas 24 horas después del golpazo que significó la eliminación en el Torneo Apertura.
Es que con su salida apareció un nuevo foco de conflicto: el económico. En Boedo no gustaron nada las formas en que se dio su partida. Entienden que el DT se fue de un día para el otro, sin diálogo ni aviso previo, y que dejó al club en plena crisis institucional, sin técnico, sin rumbo y en medio de la fuerte reestructuración deportiva que se viene. Por eso, más allá de su renuncia, la dirigencia azulgrana no piensa facilitarle el camino hacia Brandsen 805.
¿Qué reclaman? Una compensación para firmarle la rescisión. Según pudo saber Vamos Ciclón, San Lorenzo exige que Russo pague los seis meses de contrato que todavía le quedaban hasta diciembre. Pero eso no es todo: además pretende que el entrenador se haga cargo de la deuda que el club mantiene con él, correspondiente a sueldos atrasados. En total, el reclamo suma nueve meses de salario.
Y aunque en estos casos lo habitual es que el club que contrata (en este caso, Boca) se haga cargo del pago y luego acuerde con el DT, en Boedo no piensan dar el brazo a torcer. Así lo dejó claro Julio Lopardo, presidente en ejercicio del club: “Nosotros volvemos a entrenar el 16 de junio. Para rescindir el contrato hay tiempo. Si Boca no tiene tiempo es un problema de ellos. San Lorenzo no tiene apuro, en algún momento se va a rescindir cuando estemos todos de acuerdo”.
La declaración no es menor. El Xeneize ya volvió a los entrenamientos este martes, aún sin técnico, y necesita resolver con urgencia la llegada de Russo de cara al Mundial de Clubes, que disputará a mediados de junio en Estados Unidos. Pero en San Lorenzo no están dispuestos a ceder ante la presión ni a perdonar dinero. En medio de la profunda crisis económica que atraviesa la institución, cada peso cuenta.
El vínculo entre Russo y el Ciclón sigue vigente. La renuncia fue pública, pero el contrato no se rescindió formalmente. Por eso en Boedo sienten que están en su derecho de reclamar lo que creen que les corresponde: en ese tira y afloje están los abogados del club con los del entrenador.
