La Reserva San Lorenzo venía con el ánimo por las nubes después de la goleada a Sarmiento y sumar su tercera victoria en fila. Sin embargo, este jueves por la mañana no tuvo su mejor actuación. En el clásico ante Boca hubo errores individuales que se pagaron caro y después, colectivamente, no hubo respuestas. Así, se terminó la racha positiva tras la caída por 2-0 en Ezeiza.
El equipo de Romagnoli no estuvo cómodo desde el inicio, pero todo se empezó a desmoronar en un par de fallos en salida de Máximo Masino. La primera macana del defensor fue a los 24′, cuando intentó jugarla desde el área, la perdió y Simón Rivero definió con el arco libre cuando el equipo trataba de reponerse. Después, en tres cuartos de cancha, quiso pasar a Ignacio Rodríguez, se la robó y el punta Xeneize definió solo por encima de Santiago Torres.
En el complemento el Ciclón no le encontró la vuelta. Sí mantuvo el dominio del partido, sí jugó casi en campo contrario e intentó hasta el final, pero como Boca se tiró atrás (armó una línea de cinco y jugó a la contra) prácticamente no pateó al arco para al menos encontrar el descuento que lo llevara a ilusionarse con el empate. Le costó mucho el partido ante el puntero, que ya clasificó a la siguiente fase.
Con este resultado, San Lorenzo mantiene el segundo puesto de la tabla (continúa con 20 puntos y por diferencia de gol supera a Tigre y Lanús) y sigue a la expectativa de sacar el boleto a los playoff del Torneo Proyección a falta de dos partidos para el final. ¿Qué le queda? Recibir el miércoles Defensa y Justicia y cerrar como visitante de Central Córdoba (día y hora a confirmar).
