A San Lorenzo no le basta con el escándalo Marcelo Moretti, la presión asfixiante de la AFA ni la desconfianza que se respira en cada rincón del club. Ahora, también tambalea su presidente interino. Julio Lopardo, quien asumió el mando tras la salida de Moretti, evalúa dar un paso al costado, acorralado por el fuego cruzado con la casa madre del fútbol argentino.
Todo estalló tras la suspensión, a último momento, de la reunión de Comisión Directiva que iba a tratar el dictamen del Tribunal de Ética azulgrana para remover a Moretti como socio y convocar a Asamblea. La presión de la AFA fue determinante: ordenó abstenerse de avanzar y advirtió posibles sanciones si San Lorenzo desobedecía. Fue entonces cuando la CD bajó la persiana. Y Lopardo, que había intentado evitar ese escenario, quedó en una posición incómoda.
El punto central está en lo que ocurrió semanas atrás, cuando Lopardo se reunió con Claudio Tapia en el predio de Ezeiza. No fue un encuentro más: marcó un giro tras el cruce público que ambos habían tenido meses antes, cuando Lopardo —entonces vocal del Consejo de Fútbol en representación de San Lorenzo— apuntó contra Tapia y cuestionó su conocimiento sobre la historia del club. Moretti lo echó del cargo a las 24 horas.
Aquella tensión parecía haber quedado atrás. Tapia publicó la foto del encuentro en sus redes y, puertas adentro, en el club se habló de una tregua. La idea que acordaron era que San Lorenzo se corriera del eje del conflicto y dejara que el tema Moretti lo manejara directamente la AFA. No avanzar por su cuenta. Pero la calma duró poco. El conflicto volvió a escalar con el Tribunal azulgrana. Y Lopardo, que había acordado algo con Tapia, se sintió desautorizado en el club.
Esa situación, sumada a los múltiples frentes abiertos dentro del club, lo llevó a poner en duda su continuidad. No se trata de una ruptura interna, pero sí de una señal clara: el desgaste y la tensión política lo empujan a evaluar la posibilidad de dejar el cargo.
Por ahora no hay renuncia presentada ni una definición oficial. Pero el escenario está planteado. Y mientras el futuro de Moretti sigue sin resolverse, San Lorenzo podría quedarse, otra vez, sin presidente. Si pasa eso, ¿Qué harán el resto de los dirigentes?
