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Un nuevo cachetazo para San Lorenzo

El equipo de Montero tuvo otra actuación preocupante, sin crear apenas chances de gol y perdió su tercer partido en fila en el campeonato. Esta vez fue 1-0 con Argentinos en el Pedro Bidegain.

Es muy preocupante lo de San Lorenzo. Un equipo sin rumbo. Quedó muy lejos ese veranito del inicio del torneo, donde conseguía resultados pero seguía dejando dudas futbolísticas. Esta vez no fue actitudinal como los papelones contra Unión y Talleres, pero Argentinos, con orden y alguna mínima idea de juego, se terminó llevando tres puntos merecidos del Nuevo Gasómetro.

Ya en el tercer minuto de juego, el Bicho volvió a desnudar los problemas aéreos del equipo de Montero: en un córner Mac Allister le ganó en el forcejeo a Flores y Reniero, cumpliendo con la ley del ex, empujó la pelota después de que diera en el palo. Así abrió el partido hace algunos días Talleres, San Lorenzo, otra vez desconcentrado, no lo corrigió y pagó.

Con argumentos más que sólidos y con la idea más clara, los de Milito dominaron ante un equipo que observaba, que miraba casi atónito sin ofrecer sin siquiera resistencia para recuperar el balón. Entre medio llegó una mínima reacción, más porque la visita bajó la intensidad que por el ingenio del Ciclón para ir para adelante. ¿Lo más claro? Un remate de Sabella con rosca que pasó cerca. Nada más.

san lorenzo de almagro
Flores tratando de quitársela a Florentín. No tuvo un buen partido el juvenil.

Con la necesidad de dar vuelta la historia, Montero ensayó otro cambio tibio en el inicio del complemento. Puesto por puesto, una vez más. Esta vez Uvita Fernández por Alexander Díaz. Pero no hubo caso. Más allá de las ganas y los ingresos de Angel Romero y Cerutti, Argentinos contó con dos chances claras para liquidarlo: primero Torrico le tapó un tiro a quemarropa a Hauche y después Zapata salvó con los pies un remate de Gómez que pedía red.

La única jugada de peligro que generó San Lorenzo fue por una pelota parada que bajó Di Santo, desvió Cerutti con un cabezazo y Chaves despejó con un manotazo. Después, no produjo nada. Alguna acción individual aislada, mucho esfuerzo por tratar de llegar pero enormes dificultades para construir juego. La historia se repite, sin importar quién esté sentado en el banco.