Finalmente, lo que parecía una constante terminó: San Lorenzo volvió a ganar por más de un gol de diferencia. El 2-0 contra Godoy Cruz en el Nuevo Gasómetro no solo significó cortar una racha de tres partidos sin victorias, sino también ponerle fin a una estadística que pesaba más allá de los festejos.
Para remontarse al último triunfo con cierta holgura, hay que ir al al 28 de enero en La Plata, cuando el Ciclón venció a Gimnasia por 2-0 con tantos de Andrés Vombergar y Emanuel Cecchini. Entre ese día y el triunfo de este sábado, pasaron nada menos que 29 partidos oficiales entre torneos locales, playoffs y Copa Argentina. En medio de todos ellos, ganó siempre al filo, siempre por la mínima.
El dato es todavía más duro se reflejaba en condición de local. Para encontrar un 2-0 en el Nuevo Gasómetro, había que retroceder hasta el 25 de agosto de 2024, más de un año atrás, cuando al equipo lo dirigía Leandro Romagnoli y derrotó a Talleres de Córdoba con goles de Alexis Cuello y Elián Irala. Desde entonces, la gente se acostumbró a sufrir cada partido hasta el final, con marcadores ajustados que no daban respiro hasta el pitazo final.
Por eso, la victoria frente al Tomba no fue un resultado más. Cortó una racha de casi ocho meses sin un triunfo cómodo, devolvió confianza en un momento delicado del club y, sobre todo, alimentó la ilusión de que este San Lorenzo pueda empezar a recuperar la contundencia perdida.