San Lorenzo logró mantenerse en Primera División de futsal después de una temporada tan sufrida como intensa. En medio de un año marcado por los desmanejos dirigenciales que afectaron a todas las disciplinas, el iclón tuvo que esperar hasta la última fecha para sellar su permanencia.
Llegaba con apenas dos puntos de ventaja sobre Gimnasia La Plata, lo que le daba la posibilidad de depender de sí mismo. Y en el Polideportivo Roberto Pando colmado, con su gente empujando desde el primer minuto, San Lorenzo respondió con carácter y fútbol: goleó 5-1 a Racing y respiró aliviado.
A los 3 minutos, Facundo Páez sacó un zurdazo tremendo al ángulo para abrir el marcador y hacer explotar a Boedo. Tres minutos más tarde, el arquero Tobías Arce marcó un golazo de arco a arco tras tapar un disparo y aprovechar que su colega rival estaba adelantado. El 2-0 fue otro estallido de desahogo.
Antes del descanso, Santino Paganini amplió la ventaja con el 3-0 que empezaba a definir la historia. En el complemento, San Lorenzo jugó con el alma, peleó cada pelota como si fuera la última y no le dio respiro a Racing. Ya con el rival volcado en ataque, Lucas Vietri y Pablo Rodríguez aumentaron la diferencia, hasta que la visita descontó sobre el final para el 5-1 definitivo.
Faltando unos diez minutos, ya se sabía que Gimnasia había empatado con Barracas Central y que, más allá del resultado en el Pando, San Lorenzo estaba salvado. Los últimos minutos fueron pura emoción, con abrazos, lágrimas y una ovación interminable para los jugadores que dejaron todo.
Del “San Lorenzo es de Primera” a los insultos a Moretti
En las tribunas, el clima fue una mezcla de nervios, emoción y desahogo. Cuando el partido se acercaba al cierre, los hinchas hicieron retumbar el estadio al grito de: “San Lorenzo es de Primera, de Primera no se va…”
Pero el desahogo también vino acompañado de bronca. Como ya sucede en el fútbol, el básquet y otras disciplinas, hubo cánticos e insultos contra Marcelo Moretti, el presidente del club, apuntado como principal responsable del caos institucional que golpea a San Lorenzo.
Aun en medio de esa crisis, el futsal azulgrana sigue de pie. La entrega, la garra y el sentido de pertenencia mantuvieron viva la llama de Boedo. Y una vez más, el amor por la camiseta pudo más que cualquier problema dirigencial.
