Lejos de brillar, tampoco de gustar demasiado, San Lorenzo gana. La pasó mal en el primer tiempo con Atlético Tucumán. Levantó en el segundo tiempo con la jerarquía de Muniain, clave junto a Cerutti y por supuesto el autor de gol, Vombergar, para celebrar un primer paso inimaginable si nos remontamos al principio del año: el equipo de Miguelo alcanzó la línea de los líderes (Independiente y Rosario Central) y está en octavos de final del Apertura cuando aún faltan tres fechas para el final de la fase de grupos.
Otro primer tiempo flojo del Ciclón
La falta de definición del rival hizo que San Lorenzo haya logrado mantener el cero en una primera etapa muy floja, pero con mucha mayor tenencia y más llegadas por parte de la visita. Con muy poco, llegó complicando por el sector derecho de Herrera y contó con dos llegadas importantes: una cuando a Nicola encaró a Gill y como la pelota se le quedó atrás, el arquero pudo cortar; y la otra con un increíble yerro de Coronel, que conectó abajo del arco y la mandó arriba del travesaño.
La gente se impacientaba al ver cómo un equipo de los más flojos del torneo estaba dominando en su cancha. No hacía pie el tándem Cecchini- Irala y el dueño del equipo, Iker Muniain, tampoco encontraba su lugar en la cancha. Por eso, no es de extrañar que para mover la modorra haya agarrado la lanza desde el fondo Romaña, vaya a puro empuje y tras un pase forzado de Vombergar, el vasco quedó frente al arco pero no definió bien. Esa fue la única jugada de peligro del Ciclón, recién al minuto 47.
Un segundo tiempo distinto
Para el complemento, Russo mandó a la cancha a Tripichio, que no jugaba hace tres semanas por un desgarro, en lugar de Cecchini y el equipo se acomodó mejor. Agarró la pelota en la mitad de la cancha, empujó más que nada por el sector de Báez y el premio llegó por una enorme jugada: Iker engañó a todos (enganchó cuando creían que iba a mandar el centro), la jugó para el pique de Cerutti y el envío del Pocho encontró el cabezazo goleador de Vombergar.
Con media hora por delante, San Lorenzo sabía que no se le podía escapar. Por eso, con los centrales bien parados, se replegó buscando la contra que podría haber liquidado el partido. En ese plan, la tuvo por partida doble con una corrida de Báez que le dio pegada al palo y otra de Vombrgar que finalizó Braida con un remate lejano. Sobre el final, Atlético Tucumán encontró dos tiros libres de Pulga Rodríguez que pudieron meter miedo, pero en uno Cabrera peinó por encima del travesaño y en el otro Gill embolsó para quedarse con la pelota ganadora.
Sin buen juego, algo que se le viene reclamando hace rato, pero con muy buenos resultados, San Lorenzo fue y cumplió con el objetivo principal: el de clasificar a los octavos de final del Torneo Apertura por primera vez en las cinco ediciones de este formato. Ahora, a consolidarse entre los primeros cuatro lugares y a pensar que el primer duelo eliminatorio lo tendrá con el apoyo de su gente.
